Interesantísimo artículo en Business Week, «Open Source: now it’s an ecosystem«, en el que relata el buen momento del software de código abierto en el desarrollo de negocios como las cincuenta compañías en las que los capitalistas de riesgo han inyectado ya más de cuatrocientos millones de dólares en los últimos dieciocho meses. Ejemplos como SugarCRM, formada por tres ex-empleados de Epiphany, que lleva puestas en el mercado más de 325.000 copias y acaba de levantar $7.75 millones en su segunda ronda de financiación, ponen de manifiesto como el modelo de software de código abierto se impone cada vez más debido a características como la viralidad de su adopción a través de Internet y mediante copias gratuitas; a la adopción de modelos de negocio ligados a servicios, adaptación, formación, mantenimiento o versiones premium; la mejora contínua de sus productos basada en su comunidad de usuarios; y a la generación neta de valor para sus usuarios. Como comenta el artículo, en boca del CEO de una compañía de gestión de call-centers,
«Open source has a tremendous impact on the profitability of the business,» he says. His tech costs, which include personnel, communications, and equipment, now run approximately 6% of revenues — down from around 20% if he used all proprietary software or as high as 40% for top-of-the-line proprietary software
El fenómeno está desarrollando una auténtica «fiebre del oro» entre los capitalistas de riesgo, que se dedican a explorar las comunidades de desarrollo en busca de ideas que puedan ser convertidas en modelos económicamente viables. Se trata de encontrar ideas que cumplan tres características: que sean productos commodity, tan comunes que las compañías no tengan que plantearse qué son y porqué los necesitan, y con una base amplia de clientes insatisfechos en las opciones propietarias correspondientes. Este tipo de ideas son las que algunos inversores de capital-riesgo exitosos empiezan ya a contar en otros artículos de la revista, como éste. Con estas premisas, las palabras «open-source» van apareciendo cada día más en las presentaciones de negocios en busca de capital, algo que ya pude detectar este año pasado como tendencia clara en las presentaciones de planes de negocio del Instituto de Empresa.
Los modelos de negocio son también poco tradicionales: aunque en muchos casos los clientes de pago se reducen a un escaso 2% sobre el total de copias distribuidas, la viralidad de Internet hace que el número de partida sea sumamente alto, lo cual, unido con las dinámicas de costes bajos que suelen tener este tipo de compañías, hace que muchas de ellas se conviertan rápidamente en rentables. JBoss, por ejemplo, desarrolladora de middleware que compite con empresas como BEA o IBM y alcanza ya el 20% del mercado y tiene únicamente un 3% de clientes de pago… pero ha sido descargado ya por seis millones de empresas en todo el mundo, como describe este otro artículo reciente, «The myth of open-source«, en el Business Week de Julio pasado. Además, la opción resulta sumamente atractiva para infinidad de nichos de pequeños negocios, que encuentran soluciones que después se extienden rápidamente gracias a la flexibilidad de poder tocar el código. Compiere, por ejemplo, un ERP basado en software de código abierto, ha distribuido más de 900.000 copias desde su lanzamiento en 1999, y se queda con un pequeño porcentaje sobre la implantación desarrollada por su red de sesenta revendedores independientes. En contraste con los desmesurados gastos de implantación de los ERP tradicionales, la implantación de Compiere rara vez alcanza los $50.000, lo cual le ha dado gran popularidad en particular en determinados nichos de negocio entre los que se extiende con gran éxito.
El movimiento open source sale del garaje y se mete de lleno en el cuadernillo central del Business Week. Corren tiempos interesantes.
La cuestión es: ¿será esto una moda o viene para quedarse?. Como corredor popular, veo, año tras año, cómo después del verano hay un montón de gente por cualquier zona corriendo, ¡incluso chicas!. Sin embargo, con la llegada del frío y las lluvias (a ver si lo segundo llega pronto), el número de intrépidos/as desciende brutalmente para quedarse en una cifra estable, si bien mayor cada año.
Sinceramente me da miedo que exista una «burbuja» que se hinche brutalmente y luego explote.
De ERPs, CRMs y demás temas ando algo pez (el JBoss sí lo conozco), pero sí sé que hay dos factores clave para la integración de una herramienta dentro de un servicio comercial:
– Que la sepas manejar, obteniendo un buen rendimiento de ella.
– Que tenga un soporte cualificado que responda ante situaciones críticas.
¡Larga vida al software libre!
Es lo que está de moda y me encanta porque yo vivo de ello. Es España todavía la cosa está muy verde, aunque ya valoran un poco a la gente que colabora en proyectos de software libre como experiencia y no como unos frkis que mejor no contratar.
A mi me hizo falta emigrar para aprovechar el momento al máximo, pero vale la pena, en California sí que se valora el open source al nivel que cualquier otro software propietario o incluso más.
Triste, pero cierto.
Aunque muchos lo sabéis, recordemos que no es lo mismo el software abierto que el gratis, o que el libre (aunque tiende a aplicarse la primera etiqueta al que reúne las tres condiciones). Por otra parte, bajo la denominación de open source, hay modelos de control del código y de negocio bastante diferentes (v.g. Red Hat, MySQL, JBoss, SourceLabs, Compiere, SugarCRM, etc.)
Para no perder de vista la óptica empresarial, que dista mucho de la de los aficionados, o de la de los idealistas, recomiendo a los que leáis inglés el artículo que cita Enrique sobre JBoss. De él subrayo tres aspectos mencionados por Marc Fleury. Uno es el de su confíanaza en los programadores a sueldo para un desarrollo eficiente, y en la comunidad para las pruebas. Otro se refiere a que, como nos expone Deif, las empresas quieren asegurarse un soporte para atender las situaciones críticas. Finalmente nos recuerda que ofrecer gratuitamente el software en internet suministra un canal de promoción y distribución casi tan potente como el de Microsoft, pero a un coste muy asequible.
Para los interesados en estos temas, les sugiero también que brujuleen entre los procesos de comunidad Ã?«controladaÃ?» de clientes y usuarios que emplean algunas empresas Ã?«grandesÃ?» para ciertos desarrollos (v.g. Sun, Microsoft, SAP, etc.). Creo que Torvalds innovó de una forma extraordinaria (aunque no Ã?«inventaseÃ?» gran cosa para muchos amantes del Unix).