Ya estamos en medio del fin de semana, y necesito casi terapéuticamente uno de esos posts en plan «Querido diario…» que no hablan sobre nada en concreto, sino que cuentan como van las cosas… La semana ha sido durísima, complicadísima, de muchísimo trabajo y muy poco sueño. He salido de mi casa todos los días para ir justo detrás de los que estaban poniendo la carretera a primera hora de la mañana, he pensado en dos o tres ocasiones que me iba a quedar dormido en medio de la carretera de La Coruña, y he llegado al fin de semana con lo justito. La combinación del trabajo y la tensión del WebDosBeta del lunes con una serie de clases online y presenciales, conferencias y fechas de entrega de artículos me ha dejado muy, pero que muy cansado. Ha habido varios días que no he escrito mi primera entrada hasta horas impresentables, y la calidad media de lo que escribo ha bajado sensiblemente. Pero en fin, aquí estamos, y nos sigue gustando lo que hacemos, aunque de vez en cuando vengan demasiadas cosas juntas…
De las entradas de la semana, una cosa: el artículo sobre Microsoft en PC Actual, combinado con este post de Rogelio en BDSV, me han hecho pensar sobre lo que pasa cuando escribes en público. Es curiosísimo. A Rogelio lo califica Baquía como «el ejemplo más claro de la blogosfera hispana de gente que odia a Google» y colocando odia en negrita además, a lo que él replica con su entrada en la que dice que no es así, que en esa foto él no se reconoce. A mí, a raíz del artículo de PC Actual, me aparecen comentarios que me tachan de talibanismo, de maniqueísmo, de ser como Jiménez Losantos y de no sé cuantas cosa más. Cosas que, como Rogelio, yo también he negado siempre. Ni odio a la compañía, ni a Bill Gates (felicidades, por cierto), ni a sus productos (bueno, eso algunas veces sí), ni a nada por el estilo. En general, de hecho, odio muy poquitas cosas y a muy poquita gente.
El problema de escribir en público viene cuando alguien pretende interpretar lo que has escrito mejor que tú mismo. En ese momento, como reacción ante lo que has escrito, la mentalidad del lector desarrolla una serie de juicios de valor, entabla unas relaciones, ata una serie de cabos… y yá está. Está claro, todo cuadra, ya lo decía yo: El que Fulano diga A es clarísimamente debido a B. Y ya está. Se acabó. Lo dijo Blas, punto redondo. Ya no hay manera de salir de ahí. Ni que le des dinamita, ni que le des con trilita. Nanas. No importa que seas tú mismo el que ha escrito lo que ha escrito, ante el impresionante juicio de valor del comentarista asistido por su lógica, tienes menos credibilidad que Narciso hablando de su imagen ante el espejo. Por supuesto, nbo quiere decir que no se pueda interpretar, que no se pueda matizar, o que no se pueda decir que esto lo dices por aquello… pero digo yo, si el mismo que lo ha escrito dice que no era por eso, otórguesele al menos la credibilidad de ser el padre de la criatura, digo yo… Vamos, que los juicios de valor que el lector pueda hacer sobre lo que yo escribo me parecen muy bien, pueden ser todo un ejercicio de lógica y estrategia. Pero si no son ciertos, déjeme al menos que se lo diga, que esto de la blogosfera va sobre conversaciones…
En fin, que si un día aparecen Larry o Sergey asesinados, Rogelio será el sospechoso número uno. Y a mí, líbreme dios de que pase lo que cuentan aquí, porque alguno desempolvará de mi pasado unas prácticas de tiro que hice una vez en casa de mis padres con una escopeta de balines contra una botella de CocaCola y dirá que me estaba entrenando para el fatal desenlace. Y si esto pasa ahora, cuando llegue el artículo de PC Actual del próximo mes, en el que ya estoy trabajando, ni te cuento ya lo que va a ser ésto…
El problema de escribir, ya sea un artículo, un correo, una carta, por mensajería instantánea, etc., siempre me recuerda a una canción de Tontxu, en la que cuenta que escribe canciones y las manda por correo, y él se pregunta: cómo dirán mis palabras tus labios.
Yo creo que la peña esta muy acojonada con que la gente pueda ir contracorriente expresando sus ideas libremente, parece una chorrada lo que digo, pero hoy en dia para que nadie te mire mal tienes que ser un medias tintas y no mojarte en casi sopena que metan el tema político y te atizen, y a veces sin meter política implicitamente, en el fuero interno del tío que te atiza tiene un resquemor que no es normal.
Que la gente se serene plis!!
Hola Enrique,
La verdad es que estás hecho un verdadero currante y no me extraña que estés casi de bajón de fin de semana. Pero creo que lo que haces merece la pena y por eso tienes tantos seguidores. Sólo un cosita más, cambia por favor tu referencia al artículo sobre Microsoft en PC Word, ya que seguro querías decir «sobre Microsoft en PC Actual» (que es donde se ha publicado)
:-)
La leche, que fallo más impresentable… perdón :o(
He leído tu post, Enrique, y el de Rogelio y, cómo no, el de baquía que desencadena tanto la crítica de Rogelio como la tuya. Y no doy crédito. Tanto Rogelio como tú habéis cogido lo que os ha interesado del texto de Zumo de Red y venga, a criticar. El texto es breve, por lo que me parece que tiene aún más pecado que se manipule lo que se dice. Porque tanto Rogelio como tú, por ejemplo, no dudáis en resaltar que ponen en negrita la palabra «odian» y, sin embargo, eludís hacer referencia la frase siguiente. Copio y pego: «aquellos que odian –o a los que no les gusta tanto- Google». Me parece que no es un ‘olvido’ sin importancia. De igual forma ambos incidís en que le colocan a Rogelio (y a ti en algunos casos) unas antipatías que no sentís. A mí me parece que en el texto del Zumo de Red, precisamente, lo que se alaba es el blog de Rogelio porque «aporta análisis que demuestran que no es Google todo lo que reluce».
En fin, ni estoy de acuerdo con Rogelio ni contigo: si la gente tiene la percepción de que Rogelio odia (o no lo gusta tanto) Google y que tú odias (o no te gusta tanto) Microsoft, será por dos cosas: bien porque los ‘odieis’ y no lo queráis asumir, o bien (mucho más probable) porque no os ponéis en la piel de vuestros lectores. No todo el mundo interpreta de la misma forma las mismas palabras, los mismos comentarios, las mismas reflexiones. Por eso tal vez deberíais poner un poco más de cuidado cuando os sentáis delante del folio en blanco (es und secir).
Saludos
Octavio
No se puede contentar a todo el mundo. Supongo que eso lo sabéis, tanto tú como Rogelio. Supongo que os gustaría, a mí también, pero es imposible.
Vuestra amplitud de miras, generosidad y empatía para comunicar y compartir choca frontalmente con la envidia y rabia de los que no aceptan opiniones distintas a la de sus clanes de pensamiento único y políticamente ¿correcto?
Tened en cuenta que algunos os apreciamos precisamente por esos y otros valores, como independencia, valentía y libertad de criterio.
¡Ánimo y seguid así!
Octavio,
La persona que escribió eso en Baquia deja un buen comentario sobre mi blog, sin duda. De hecho, el mismo título «No es Google todo lo que reluce» va muy bien con lo que yo a veces quiero trasmitir. ¡Estupendo! ¿como me voy a quejar de eso?
Ahora, quien lea el artículo de Baquia casi irremediablemente se hace la idea de que el blog en cuestión es escrito por alguien que, pese a todo, debido a su rabia, frecuentemente se pasa de la raya, y ahí me parece perfectamente adecuado hacer la puntualización que hice, porque aquí, de rabia nada. Y la hago sobre lo que me parece equivocado. ¿No lo harias tú?
Manipulación ninguna. Yo mismo podría decir que tu comentario «manipula» mi artículo porque lo presentas con un «venga, a criticar» cuando lo cierto es que mi crítica toca solo las 6 primeras líneas y el resto (4-5 párrafos enormes) se dedican a explicar mi posición.
Suponiendo que la critica no sea buena, que lo es, no entiendo porque no se puede estar en contra de algo. Lo que hay que tener en cuenta es que, si se usa una medida para hacerlo o con todos con nadie.
Sigo a Enrique para estar al día y porque valoro su esfuerzo.
Lo que he escuchado estos últimos años sobre MS me ha parecido tan interesado como de poco juego limpio. Nada de eso ha entrado en lo que ha escrito Enrique. Las percepciones que tiene sobre la capacidad de crear y de generar nuevas fronteras de MS son ciertas. Son hechos.
Hace unos meses recibi ataques anonimos del mismo estilo. En serio que hay un gran problema en este país. Espero que Enrique ayude a muchos más blogeros a tener la misma valentía para publicar sus opiniones. La otra opción es impensable
Para muestra de lo que digo, estoy de acuerdo con Alejandro en todo. Cuando intentas hacer algo aparecen los que ponen al mundo en dos bandos, buenos. Digo que Enrique se pasa con MS como el dice de MS lo que quiere ¿y?.
Lo mejor sería decir por parte de Enrique que las rosas este otoño lo tienen bien en el sur de Marbella y que yo le contestara que no sólo ahí sino en Valencia también. Las rosas son mudas. Mudos los que están en el cementerio.