Mi columna de Libertad Digital de esta semana se titula «Privacidad y vigilancia«, intenta ser exquisitamente neutral y únicamente plantear escenarios para el debate. Inspirada por los británicos y sus matrículas, por los atentados terroristas y por los servicios de acceso rápido en los aeropuertos, pretende situar la discusión en un análisis de escenarios posibles entre la vigilancia extrema y el respeto al derecho a la privacidad en dos posibles temas: la guerra contra el terrorismo y los accidentes de tráfico.
Encontrar artículos que no sermonean una verdad, sino que abren un interrogante en los lectores es una verdadera excepcion.
Enhorabuena.
Es un debate ya viejo: libertad-seguridad.
Me parece que no queda más remedio que el Estado (por desgracia) trate de regular los derechos y obligaciones de las personas. Si no, lo hará la sociedad civil, y, como es muy asimétrica, creará pronto sometidos y poderosos. (Como el Estado, pero con menos legitimidad teórica).
Me gusta el planteamiento que haces; sobre todo porque lo dejas abierto.
Personalmente me preocupa porque el estado siempre tiene un comportamiento asimétrico; tanto al legislar, como en su acción ejecutiva.
Siguiendo tu ejemplo del coche con chip que se logea al acceder a la vía pública, el conductor es sancionado automáticamente cada vez que incumple una norma. Sin embargo el ciudadano no obtiene jamás una respuesta y satisfacción automática cuando realiza una reclamación ante la administración. ¿Podrá el ciudadano reclamar automáticamente cuando se usen sus datos para fines no autorizados por la ley?
La falta de reciprocidad del estado en la relación con los ciudadanos es la que hace desconfiar de él cuando legisla para garantizar nuestra seguridad. Es cuando el ciudadano puede preferir menos seguridad, pero más libertad.
Por eso también me preocupa la cantidad de propaganda que se añade a la lucha necesaria contra el terrorismo; se vende la necesidad de actuaciones de dudosa utilidad (registro de todas las comunicaciones), cuando hay una dejadez tremenda en aspectos realmente más críticos (armas, explosivos, tráfico de drogas, lavado de dinero, etc). ¿Para qué tanta cantidad de información si luego el estado es incapaz de analizar e intepretar información mucho más evidente como la que tenía para prevenir el 11-M?
Me preocupa que todo sea una excusa para obtener un control omnimodo sobre los ciudadanos, un control totalitario.
Sólo un apunte sobre tu columna: «Baje al videoclub, vea Minority Report, o Gattaca»; lo suyo sería recomendar ahorrartelo de formas que la tecnología por internet permiten… legales claro ;)
¿Legal desde el punto de vista de la legislación vigente o desde la perspectiva del derecho moral? ;)
No sé, desde mi experiencia personal, salvo que estés en la CampusParty, me sigue resultando más práctico bajarme al videoclub que ponerme a descargar una película entera de cualquier sitio…
depende de cuánto valga tu tiempo…
el de muchísimos vale mucho menos que lo que tardan en la descarga… y la descarga de películas es un curro bastante escalable…
En realidad no es tanto por el tiempo como por la pereza que me da ocupar tanto ancho de banda. Es como que va todo más despacio…
Relacionando con el tema de las descargas de peliculas, acabo de leer en Bandaancha.st, que han detenido a los dueños de una de las webs mas conocidas(CVCDGO) que albergan enlaces ED2K(enlaces para la red del emule) en sus paginas.
Volviendo al tema de la seguridad versus intimidad siempre me ha parecido este dilema como ir al médico. Yo al médico se lo cuento todo . Le doy una información que no se la daría ni a mi mejor amigo.
Y lo hago porque tengo la absoluta seguridad (así lo creo al menos) de que esa información queda entre él y yo y que además mi salud mejora con esa información. De hecho si pudiera tener un chip conectado con mi médico lo haría . Un chip que le dijera todo lo que hago, bebo, fumo, etc. Y lo haría porque tengo la confianza de que es bueno para mi.
Lo mismo pienso con la seguridad. Yo nunca cometo delitos por lo tanto si me tiene «una máquina» fichado y la información no sale de ahí, a mi no solo me da igual sino que lo prefiero. Eso no solo resta mi libertad, la aumenta. Tendría la libertad de ir tranquilo en el metro, por las calles a la noche.
Igual con lo del tráfico. Si inventan (que ya lo estará) un chip que impide que yo pueda encender mi coche cuando estoy bebido o no me permite poner mi coche a 120 km/h en mitad de una urbanización donde juegan niños… ¿desciende mi libertad? ¿No será mas bien que prima el derecho de los demás a no encontrarse a un señor bebido o a 120 km/h donde no se puede?
Será que llevo una vida demasiado aburrida, pero estaría dispuesto a renunciar a buena parte de mi privacidad a cambio de seguridad.
No frecuento malas compañías, ni consumo drogas, ni tengo amantes ni soy masón y de hecho ni siquiera tengo coche. Si alguien se molesta en espiar mi vida privada se iba a aburrir muy pronto.
Pero la verdadera pregunta es si renunciando a la privacidad de verdad se incrementa nuestra seguridad, cosa que sinceramente dudo
Ahora el gobierno federal de EE UU con la excusa de siempre la de los criminales, pretende interceptar las llamadas a través de Internet, es decir controlar a todo el personal y legalizan lo ilegalizable.
Lo que da rabia es la sensacion de impotencia, de que no existe privacidad, de que la ley no existe para ellos, y hacen lo que les da la gana, espiar, torturar, retener, eso si siempre en nombre de la proteccion.
Ahora es posible insertar un pequeño código, una marca de agua, en las comunicaciones de VoIP que luego puede ser identificada, permitiendo así a los investigadores saber al menos quién ha hablado con quien
Mas informacion.
http://www.elpais.es/articulo/elpportec/20050811elpepunet_8/Tes
Los españoles tenemos DNI desde hace tiempo, y dentro de poco será electrónico (proyecto adjudicado). Ello no parece influir mucho en nuestro actual estilo de vida en comparación con los británicos, pero en Madrid se tardó bastante menos que en Londres en reconocer a muchas de las víctimas de los atentados terroristas, lo que es de apreciar.
Por otro lado, el que ha perdido un familiar o amigo en accidente de tráfico también sabe que la seguridad tiene un precio. Como nos recuerda Enrique de vez en cuando, la tecnología está y avanzará; me parece que la cuestión es cómo usarla de manera equilibrada en una sociedad civilizada.