Vía Dirson llego, a cuento del affaire de Google con News.com, a unas reflexiones de Dana Blankenhorn en Corante sobre la barbaridad que Larry y Sergey están haciendo al permitir que una persona como Eric Schmidt dirija una compañía como Google. Con respecto al asunto de Schmidt con News.com, debo decir que pocas decisiones me parecen sencillamente más estúpidas que vetar a un medio de comunicación. Y más, si lo haces porque ese medio publicó previamente una historia en la que daba algunos detalles sobre la vida privada de Schmidt que podían ser obtenidos… a través de búsquedas en Google.
Con respecto a las reflexiones de Blakenhorn en «Outgrowing the grownup«, creo que parece tener mucho de razón. Me resulta extraño encontrarme últimamente escribiendo cosas poco favorables hacia una compañía que adoro y en la que tengo buenos amigos, pero lleva una temporada ganándoselo a pulso. La impresión que da es la de estar recorriendo a pasos agigantados el camino hacia la burocratización, la misma que llevó a Ev Williams, fundador de Blogger, a abandonar la compañía poco después de la adquisición. Lo que pasa con Blogger, a la que únicamente han dado cuatro cambios cosméticos desde que Google la compró, es sólo la punta del iceberg. Google, un año después de la salida a bolsa, sigue siendo «la eterna promesa». No ha sido capaz de mejorar su PageRank como algunos le pedimos, ni de actualizar más rápido su índice (particularmente el de imágenes), ni siquiera de considerar la eñe en sus búsquedas (y eso que Espana es el país del mundo donde tiene mayor penetración, un 93%). Entre muchas otras cosas más. ¿Ha habido cosas buenas? Sí, sin duda. Pero nada comparado con lo que esperábamos, y sobre todo, no con la actitud que esperábamos.
Blakenhorn pone a Schmidt como «el hombre que casi hundió a Novell», y dice lindezas como estas, (traducción libre):
Lo que Schmidt ha hecho en Google es burocratizarla hasta las orejas. Enterró Blogger, no ha sido capaz todavía de ofrecer todavía una solución real para la búsqueda en blogs, y ha llevado a Google en un montón direcciones siguiendo estrategias «me too», con la excepción de Google Maps (y en este caso el mérito es de la gente de Keyhole que compró, no suyo).
Ahora, su mentalidad paranoica y corporativa ha empezado a producir verdaderos daños.
Este es un momento en la historia de Google en el que es fundamental seguir siendo transparente. Su única ventaja con respecto a Yahoo! o Microsoft es el hecho de que no es como ellos. Por eso, cuando el Dr. Schmidt cierra la boca a los periodistas de News.com porque utilizaron Google para encontrar cosas sobre él que habría preferido que permanecieran «translúcidas«, está provocando un verdadero perjuicio económico. La reputación y la credibilidad lo son todo en Internet, y las de Google han recibido demasiados golpes en los últimos tiempos.»
En algunos temas estoy completamente de acuerdo (en otros no puedo decir nada, porque no conozco a Schmidt ni sé hasta que punto es responsable de tales efectos). La diferencia en trasparencia entre el Google que yo conocí y el de ahora es dramática. Google ha pasado del «don’t be evil» y el «buen rollito» a la persecución, el secretismo y el oscurantismo, y lo ha hecho de una manera brutal, como si la empresa, en vez de salir a bolsa, hubiese sido abducida por ejecutivos de la CIA. La acción podrá estar a $300, pero esta no era la Google que sus clientes querían. No se ha materializado la promesa que una entrada de dinero tan impresionante como esa podía haber significado.
El artículo termina diciendo, directamente,
«It’s time for the grown-ups to go, and for the founders to take back control of the ship.»
Toda una llamada de atención. Y ya van unas cuantas.
El eslogan necesita una actualización.
Me imagino que la dirección actual de Google habrá intentado llevarla como una empresa más que cotiza en bolsa semejante cantidad de dinero. Se habrán vuelto conservadores por lo que se juegan (incluidas, supongo, sus stock-option), la burocratización habrá venido de un mayor intento de control en toda la empresa, y la perdida de la visión inicial que llevó a Google donde ha llegado, se habrá perdido entre montañas de dinero.
Creo que es una fase por las que todas las empresas grandes pasan, unicamente esperemos que Google se de cuenta a tiempo y reaccione. La competencia lo agradecerá, y por tanto los usuarios.
De todas maneras, siempre he pensado que las expectativas sobre Google siempre han estado demasiado altas.
Seguramente ahora mismo tienen la cabeza en un «barco nuevo» una casa nueva… y todo eso.
El problema, es que la gente de Yahoo! hace ya lustros que supero esa «enfermedad» y han cogido velocidad de crucero, verdaderamente lo estan «bordando»: primero flickr, ahora los widgets de konfabulator, cosas formidables de soft social, bookmarks tipo deli, y el «problema» es que el etcetera es larguiisimo.
Hoy he estado probando el buscador de yahoo, y me ha dejado maravillado, para cosas «nuevas» es infinitamente mejor que google.
Mira que me gusta google, pero amigo, esto no es un matrimonio, y cada vez me gusta mas la «vecina del quinto».
Oopsh!, tu vecina del quinto ataca de nuevo… :-)
Resúmen de mi artículo al respecto:
Google aparece dormido porque está – sin dar pista alguna – intentando escribir el futuro. Quienes siguen a Google como si de una religión se tratase, pues están «esperando», porque el futuro nunca es hoy.
Yahoo por otra parte, hace lo que ha hecho siempre: ofrecer a la gente lo que la gente quiere. A veces lo intuye, a veces necesita que la gente se lo diga directa o indirectamente. Estos movimientos de Yahoo comprando ciertas empresas o mejorando algunas otras es la tónica que ha seguido siempre de centrarse en el usuario. Aun así, algunos como que últimamente se sorprenden. Yo sinceramente, no.
:-)
La «vecina del quinto» tiene una pegada que ni Joe di Maggio.
No me gustaria estar en un cuadrilatero con ella.
Y con el calzon rojo, Google asesta un golpe al higado del rival, y compra meetro, me entero via genbeta.
Esto se pone interesante.
Para seguir la pelea en primera fila, va a ver que ponerse un periodico para resguardarse.