TiVo es la marca que casi dos millones de norteamericanos asocian con la experiencia de ver sus series y espacios favoritos en televisión sin ser interrumpidos por publicidad. La historia de TiVo se caracteriza por ofrecer posibilidades versátiles a sus usuarios, desde ver lo que quieran cuando quieran, hasta programar grabaciones cómodamente desde cualquier sitio con una conexión a Internet gracias a TiVo Central Online, donde además se incluye información sobre los contenidos televisivos. La idea, según uno de sus fundadores, viene a ser la expansión del concepto de Digital Video Recorder (DVR), vista así:
«… everyone, no matter how busy, deserves to enjoy the home entertainment of their choosing, at their convenience. People have lots of interests. TiVo lets you go out and live your life AND pursue those interests because it connects you to entertainment – to the content you care about, when you want it.»
Mike Ramsay, cofundador
Ahora, TiVo acaba de decidir que uno de los contenidos en los que los usuarios pueden tener interés es, precisamente, aquel que parecía que la mayoría de ellos podían querer evitar: la publicidad. En un movimiento interesante, ha empezado a ofrecer un tipo de anuncios basados en la inserción de símbolos interactivos o tags, visibles incluso cuando el cliente está pasando los anuncios a velocidad rápida, que darían acceso, al hacer clic sobre ellos, a contenidos publicitarios expandidos . Los primeros en probar este tipo de tecnología serán dos de las marcas más importantes por la dimensión de su presupuesto publicitario: General Motors y Warner Bros. Television Network.
La idea es provocativa, porque supone que TiVo comercialice publicidad cuando una de las propuestas de valor que parece tener para una amplia mayoría de sus usuarios es precisamente la de librarse de ella, pero esconde detrás algo muy interesante: así ofrecida, la publicidad tiene menos componente de interrupción y más de servicio. Hipotéticamente, un usuario podrá querer ver su serie favorita, pero si está pensando en comprarse un coche, es posible que al ver pasar una tag de GM, pare y haga clic sobre ella. Esto proporcionaría al anunciante unos clics de alta calidad, y al usuario una experiencia en la que el componente voluntario sigue prevaleciendo. En otros casos, si el anunciante es capaz de generar anuncios que la gente quiera ver – mediante una cuidada producción o factores de otro tipo – lograría una exposición voluntaria ante unos usuarios de TiVo con nombre y apellidos, que podrían controlar cuanta información facilitan al anunciante. Y no olvidemos que aparte de ser dos millones, no son dos millones cualquiera… la base de usuarios de TiVo es de esas a las que a todo anunciante le gusta llegar.
Moderar la interrupción, seguir respetando al usuario y posibilitar la llegada del mensaje publicitario a aquellos que quieren recibirlo. Muchos menos impactos, pero de mejor calidad. ¿Interesará la propuesta a unos anunciantes habituados a comprar impactos de baja calidad por millones? Veremos que tal evoluciona la cosa.
Comparto que el asunto parece muy bien enfocado. ¿Veremos trasladada la compra por impulso del supermercado a otros ámbitos de nuestra vida cotidiana? Considero esta materia muy interesante, como dices a veces, siempre que se siga respetando al potencial cliente, que hoy solo es un espectador más activo e informado que el del broadcasting.