Parece que no soy el único que opina que el canal, los métodos y la obsesión por la propiedad intelectual de los journals académicos no tienen demasiado sentido hoy en día. Lo dije hace poco en Libertad Digital, hoy leo este artículo en Wired, «Academic journals open to change» que mantiene un punto de vista muy parecido y proporciona ejemplos adicionales en otros campos.
Cuidado, te vas a convertir en un loco peligroso de ideas raras y que usa un Mac.
Sí, tengo que tener cuidado… además, acaba de entrar «otra cosa Mac» en casa…
Luego cuento más :-)
El año pasado por estas fechas comentaba mi postura sobre el impacto de la red en el tejido de publicaciones académicas con mis compañeros de la universidad y me miraron raro, muy raro… Otras formas de medir el impacto, el nivel y cualificación de las citas, filtrado colaborativo cualificado en la revisión, pérdida de poder de los editores… ¿la red también democratizará la universidad?
Es un tema interesante.Pienso que por un lado la élite,por llamarla de algún modo,puede ver peligrar su estatus al facilitar la incorporación de nuevas mentes o quizás porque piensen que abrir su coto a un público mayor,se desvirtúe el contenido o se minusvalore el trabajo.Una de las claves del prestigio es que su acceso esté muy controlado.
Eso si que lo que interesa es el valor del conocimiento y no el víl metal.
Yo como usuario estoy encantado del aperturismo.
Nota friki: Cuando Google glose todo ese conocimiento…¿no podrá hacerse una tesis brillante a golpe de click en poco tiempo con alguna utilidad sencilla?
Saludos
Yo veo movimientos muy curiosos: por ejemplo, algunos académicos que conozco se sienten muy molestos e inadaptados en la blogosfera. No son capaces de desarrollarse en ella, y la consideran «un conjunto de análisis superficiales muy separado de lo que debería ser el desarrollo de conocimiento». Sólo ven un montón de gente haciendo análisis rápidos en un montón de páginas, a collection of trivia que no puede resultar en nada de provecho. Tras un análisis rápido de un número escaso de páginas, concluyen que ahí no hay nada interesante y de «suficiente profundidad» para ellos. Y en algunos casos este tipo de análisis viene de personas de las que ni a tiros me habría esperado una cortedad de miras semejante, la verdad…
La Academia, como es habitual, reacciona muy lentamente. Es la inercia de siglos de acartonamiento…