Always on

Un artículo del LA Times leído durante el fin de semana vía PJorge lleva un rato dándome vueltas en la cabeza, como una de esas «epifanías» (Shibuya Epiphany) a las que se refiere habitualmente Howard Rheingold. La última vez que estuve en Miami, hace aproximadamente un mes, pude experimentar la enorme diferencia en adopción de telefonía móvil que el país ha vivido en los últimos pocos años: esto ya lo he comentado algunas otras veces, pero cuando yo vivía allí, era de los poquitos que llevaban un móvil en el bolsillo. Algo que para mí era normalísimo en España, era un auténtico lujo en USA, donde la mayor parte de la gente llevaba un miserable pager. Esta última vez, ver las ofertas de tarifas planas y planes de llamadas gratuitas a teléfonos del mismo proveedor me han dejado alucinado. La gente lleva el teléfono móvil literalmente colgado en la oreja todo el tiempo. Y el artículo, que habla de la adopción enormemente agresiva de este tipo de esquemas entre los jóvenes, no ha hecho más que corroborarme la impresión: los chavales se pueden pasar horas (como cinco o seis al día tranquilamente), en conversación ininterrumpida con algún amigo, con el que simplemente permanecen conectados, aunque no estén diciendo nada. Un móvil, un auricular, y vives dos mundos: el tuyo, y el de tu «compañero de oreja», mientras haces compras, comes algo, hablas con otra persona o te quedas dormido.

The two will carry out their days separately, but are connected by phone for hours at a time. «We’re just going around», Britton said. He might have a whole conversation with his mom while on the phone with Britton. «You get so used to it you don’t think about it — I’m just always on the phone». She can’t always recall what they talk about for so long. «We always find stuff to talk about — it’s weird. something will happen, and he’ll tell me about it», Britton said during a recent 40-minute cellphone conversation with a reporter while she was shopping at a Safeway with her father — and while her boyfriend was on hold during the duration of the reporter’s call. As the conversation ended, she said with a hearty laugh, «I’ll just click over and tell him everything that happened just now».

Horas conectado con otra persona sin necesidad de hablar todo el tiempo, relajando totalmente el uso de la función fática del lenguaje (esa que usamos para saber que el otro sigue ahí o nos escucha, esos «sí», «ya», «claro» o simplemente «huh»). Si nos llaman, un rápido clic a la llamada en espera, atender la otra conversación, y vuelta a la que mantenemos en ininterrumpido. En el medio, SMS constantes. Una persona que nos acompaña todo el día, a todas horas, independientemente de que estemos en otra conversación, en clase, en la compra o en el autobús. Auricular en una sola oreja a un volumen que nos permite interactuar con el mundo exterior, y a correr… El artículo entero del LA Times merece de verdad la pena leerlo (lo pasarán a archivo de pago en unos días).

No es simplemente otra generación. Mi hija, en su primer día sin colegio, está ahora mismo en el ordenador de arriba. Acaba de escribir una entrada en su blog, mientras chatea vía IM con dos amigas (una del colegio y una vecina, en ventanas separadas), y me envía IM a mí (en una tercera ventana) para que me lea lo que acaba de escribir… A mí tener dos conversaciones abiertas me da dolor de cabeza. Ellas son completamente multitarea, un Pentium V en la cabeza frente a mi viejo 286. Como en el artículo,

«I just switch between them,» he said with a shrug. «I’m good at multi-tasking». The idea of today’s youths’ brains being «wired differently» is more than just a catch phrase.

Dejan la ventanita abierta todo el tiempo, y simplemente se disparan mensajitos, guiños y zumbidos sobre cualquier cosa en cualquier momento. No, no es otra generación. Es verdaderamente otro mundo.

UPDATE: Lo acabo de ver en el Telediario, ahora lo encuentro referenciado en Libertad Digital, y no puede venir más al caso: un estudio de Red.es demuestra que los hogares con niños tienen una penetración de tecnología superior. Los niños, como vehículo de adopción tecnológica. Está claro: aprende de tus hijos.

6 comentarios

  • #001
    A.A. - 27 junio 2005 - 11:56

    Parece ciencia ficción… creo que ya voy entendiendo eso de que el mundo siempre cambia hacia sitios que nadie imagina, aunque todos piensen que ya han llegado todos los cambios importantes.

    Por eso me gusta la ciencia ficción, en uno de los mejores libros que he leído, Hyperion (y resto de la saga, claro), la gente está permanentemente conectada con un comlog. No saben vivir sin él, piden constantemente toda la información que necesitan. Los ordenadores quedan sólo para unos pocos, la gente de la calle no los necesita.

    La forma de pensar cambiaría radicalmente si siempre tuviésemos acceso a toda la información disponible…

  • #002
    Antonio - 27 junio 2005 - 12:17

    No me sorprende lo más mínimo. Cuando vivía allí me pasaba horas colgado del teléfono en llamadas locales, que eran gratis. Y lo hacía porque era lo más normal del mundo: te llamaban y te tirabas horas blablabla, a coste 0. O sea, que el hábito ya existía, sólo que ahora se ha vuelto más portátil.

    Aunque yo siempre renegué de hacerlo… prefería quedar cara a cara en casa (en los bares no me dejaban entrar… era menor de 21 :-( ) o en el MacDonalds.

  • #003
    Enrique Dans - 27 junio 2005 - 12:54

    Pues la «ciencia ficción» está en la habitación de arriba y teclea que no veas… ;-)

  • #004
    ich - 28 junio 2005 - 15:54

    Enrique, respecto a lo del informe de Red.es, mira a ver lo que te parece esto que se comenta aquí
    http://wonkapistas.blogspot.com/2005/06/el-supuesto-arrastre-tecnolgico-de.html

  • #005
    Johnny M - 30 agosto 2007 - 20:52

    Pues a lo referido anteriormente como ciencia-ficción a mi me da que pensar con respecto a la teoria de los medios de Mc Luham, que sostenía en dicha teoría que los medios futuros pueden considerarse como partes del propio ser.
    A mi parecer los medios de comunicación son una gran ventaja, pero… ¿Sabríamos ahora vivir sin teléfonos?

  • #006
    Joan Costa - 31 marzo 2009 - 08:51

    Muy bueno…

    Un saludo!

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