«La cultura es cosa (sólo) del vendedor«. Fantástica y de obligada lectura la columna de Pepe Cervera en su Retiario sobre las últimas estupideces de los representantes de asociaciones de autores, artistas, editores y productores. Entresaco una frase del tipo «se puede decir más alto, pero no más claro»:
«Va a ser cuestión de recordar a los autores y editores que sin compradores, no hay industria; y a los ministros que sin votantes, no hay gobiernos.»
Señores, viene lo que viene. O la industria discográfica acalla a la manta de payasos que están lentamente, cual gota malaya, haciendo rebosar el vaso de la relación con sus clientes, o las cosas cambiarán a peor. A mucho peor. Están a un pasito del acantilado. Como escribe Pepe,
«Si no nos dan voz, tendremos que gritar para hacernos oír. Y no será bonito.»
Lo siguiente será el activismo duro y la barricada.
En Eres culpable y lo sabes escribí con ironía:
La respuesta de la comunidad internauta ante este nuevo embate está por ver, y son muchos los que desconfían que pueda hacerse algo. «Son tres millones y medio de conexiones de banda ancha y algo menos de nueve millones de internautas», decía un reputado blogger que ha querido permanecer en el anonimato, «¿Qué pueden hacer frente a tanto talante?».
La verdad es que soy muy escéptico sobre la respuesta de la gente ante los abusos de unos pocos. Motivos no faltan pero la masa no se mueve.
El post «La carrera de la integración» aparece repetido.
quizá conviniera, a la vista de la estulticia y frescura de estos -y otros- «representantes de la cultura»
que se iniciara un debate y estudio en profundidad sobre la trama mundial de sociedades de autor, auténtico esqueleto de los feroces oligopolios
de la música y el cine (tan hermanados) y tan agresivos contra cualquier gobierno decente que quiera plantarles cara.
La casuística es muy compleja y, sobre todo, difícil de acceder en español. Estos grupos operan en todo el mundo y para ellos las naciones son
simples nombres que suelen agruparse por «regiones» (p.e.:»la región sur de europa») y su modus operandi es muy sofisticado. Como es lógico, su objetivo claro es recaudar el máximo posible -inventándose cada día un nuevo «derecho»- cobrar el máximo por esos Ã?·derechos» allí donde se dejan y tambien de modo natural pagar el mínimo de impuestos, en la práctica casi nada.
Para ello tiene a su servicio los mejores abogados, los más creativos financieros, los políticos más tontos y/o corruptos y los «intelectuales» más descerebrados y/o caraduras-
El trabajo es arduo:adelante.
Marius
Totalmente de acuerdo, Marius. Ese debate y estudio en profundidad no puede ser más necesario.
Es posible que esta misma tarde te pueda decir más al respecto.
Yo estoy convencido de que los llamemosles trabajadores de la cultura pueden subsistir y ganar mucho mas dinero evitando los intermediarios y distribuyendo directamente su producción a través de Internet.
Eso si, darse a conocer sera mas dificil y solo triunfaran los realmente buenos, aunque teniendo en cuanta que hay gustos para todo, es muy posible que incluso los mediocres y algun malo triunfen.
Pero lo que es intolerable es que los intermediarios sean los que se lleven el gato al agua y osen escribir cartas como la mencionada, que es lo mismo que llamarnos delincuentes a todos nosotros.
Saludos
Una pregunta que siempre me hago… ¿porque la SGAE tiene más fuerza (política, social, económica…) que toda la industria de TI?
yo aprovecharía además para que el gobierno convocara a los consumidores de chicle para reformar las leyes de las golosinas y decidir sabores, a los internautas para integrarlos en el consejo de administración de Telofónica, a los futboleros para que se convoquen referéndums en sus clubs para decidir fichajes…
‘la dictadura de los consumidores ¿un capitalismo posible?’, en breve, si no logro escaquearme, en Trafalgar Sur.
un saludo.