O sea, en gallego, «espera, que le voy a poner el chip…» Vía El Navegante me llegan noticias de la que es la mayor implantación de RFID en toda España, que acaba de firmar la asociación de empresas textiles de mi tierra. Cada prenda de moda gallega irá convenientemente etiquetada con un chip RFID que permitirá seguir su camino por los diferentes procesos desde la fábrica hasta el punto final de distribución. Un millón de euros y un contrato adjudicado a Sun Microsystems me parecen una apuesta importante por la importancia de las tecnologías en un sector en el que saber donde está cada cosa en cada momento permite aprovisionar mejor, conocer tendencias, y reaccionar mejor ante una demanda en cambio permanente.
Interesantes objetivos los de la gente de tu tierra, pero, como todos los proyectos de RFID bien planteados, será con toda probabilidad un piloto restringido a un área de la empresa. Y en unos años debería crecer.
Sin duda alguna, es un paso importante en la puesta en marcha de RFID en España, donde existen muy pocas implantaciones.
¿Es la RFID una baza importante frente a la competencia de los países de Oriente? ¿O se utilizará, entre otras cosas, para mejorar la gestión de la cadena de suministros con esos países? En cualquier caso pienso que le dará una ventaja competitiva a los «early adopters».
En Kriptópolis otro punto de vista sobre el uso de este chip.