Vía Slashdot, veo este artículo en Slate, «The typo millionaires«, que habla de como algunas empresas se aprovechan de errores tipográficos y parecidas malas artes para intentar rentabilizar un tráfico que legítimamente no era suyo. Conocido – y especialmente duro – es el caso de John «Cupcake Party» Zuccarini, que registró miles de variaciones de dominios conocidos y aprovechaba algunos de ellos, como el de Cartoon Network, para intentar introducir en el mundo de la pornografía a sus incautos visitantes.
Sin embargo, y sin necesidad de tirar tan bajo en la escala de sinvergüenzas, a mí el tema que ésto me trae a la cabeza es el de las «visitas inmerecidas». Todos los usuarios de Internet sabemos que, periódicamente, al abrir determinado navegador, éste se dirige de manera automática a una dirección de la compañía propietaria de su código para ofrecernos actualizaciones que no hemos solicitado. O cómo, cuando muchas personas se equivocan o teclean una dirección inexistente, el navegador les lleva de forma igualmente automática a un sitio de determinada compañía, a una absurda página llena de publicidad de un revendedor de dominios, (como si por equivocarme al escribir un dominio fuese a estar interesado en comprarlo o en seguir sus consejos comerciales) o a un motor de búsqueda que no han escogido libremente.
En este sentido, la diferencia entre usuarios de cierto nivel y usuarios normales se está acentuando de una manera increíble. En mi ordenador, y seguramente en el de muchos de mis lectores, basta introducir el nombre comercial de una compañía para, sin prácticamente errores, aparecer en su página web. Ni «http», ni «www», ni recordar si es «.com», «.net» o «.es», ni nada de eso. Si hay dudas, aparece la correspondiente búsqueda de Google con el texto introducido, y aparece la de Google y no otra porque es la que he escogido yo mismo con mi mecanismo. A estas alturas, cuando alguien me pregunta por una página de Internet, tiendo a decirle simplemente «métete en Fulanito», sin más aditamentos, y claro, obtengo como respuesta una mirada de «… en Fulanito… ¿qué más?» a la que muchas veces, además, no tengo la menor idea de cómo responder, porque tengo mejores cosas en las que ocupar la escasa dotación de RAM de mi cerebro.
En mi caso, toda esa comodidad se obtiene mediante una adecuada elección de navegador, barra de herramientas, inclusión de motores de búsqueda y manejo de las opciones por defecto pero, según suelo ver cada vez que me voy a un ordenador que no es el mío, este tipo de cosas son como «delicatessen» fuera del alcance del común de los mortales. La situación del usuario medio es la de alguien que sigue soportando estoicamente toneladas de pop-ups, tecleando URLs enteritas, apareciendo en una página de Microsoft cada vez que se equivoca al teclear, y demás inconveniencias variadas. La mayor parte de la gente que conozco ni siquiera conocen los atajos de teclado más cómodos y habituales, desconocen que escribiendo simplemente «enriquedans» y pulsando «Ctrl» e «Intro», el navegador añade automáticamente toda la parafernalia de «http», «www» y «.com», etc. Muchos, de hecho, ni siquiera saben como cambiar la página de inicio, y respiran aliviadísimos cuando les libras de ella y les dejas como «about:blank»…
Son «víctimas de la escasa alfabetización digital», personas que obtienen experiencias de usuario infinitamente más deficientes que las de los usuarios avanzados, y que nutren a los «lazarillos de Tormes del click erróneo», a los «genios de las estadísticas de los portales» y a los «arquitectos de la popularidad» mal entendida. En algún momento tendremos que producir algún tipo de informe no sesgado, o con total claridad sobre sus sesgos, que defina qué herramientas son indispensables para una correcta experiencia de usuario en la web de hoy, y cómo deben configurarse. Sería sin duda de una gran ayuda para mucha gente.
Tienes razón: es increíble la cantidad de experiencias que muchas personas se están perdiendo por no conocer todas las funcionalidades de un buen navegador web.
Desde cosas tan simples como modificar la página de inicio hasta la búsqueda contextual dentro de los contenidos de una página, pasando por el Ctrl+Intro que tu comentas (‘Shift+Intro’ es .net y ‘Ctrl+Shift+Intro’ es .org), utilizar pestañas, …
Cuando vemos la TV o leemos un periódico, todos tenemos -más o menos- las mismas actitudes: encendemos el televisor, cambiamos de cadena, subimos el volumen, pasamos las páginas con la mano, …
Pero con la WWW hay un factor que determina la experiencia del usuario: los conocimientos en el uso del navegador web. Y el conocer muchas de las funcionalidades que te puede ofrecer va a condicionar seguramente a qué tipo de contenidos vayas a acceder.
Es verdad que muchas de estas funcionalidades se van aprendiendo con la experiencia delante del navegador, pero también es cierto que cada día aparecen nuevas utilidades que dejan obsoletas las anteriores.
Todo lo que cuentas es muy cierto. Pero quién es el responsable de esa «escasa alfabetización», a quién le echamos la culpa:. Al usuario que no le interesa, no se preocupa por aprender; las empresas; el estado, la sociedad.
La Rae define víctima: «Persona que padece daño por culpa ajena o por causa fortuita». Bien, pues muchas de esas personas que defines no las clasificaría como victimas, porque son personas que no les da la gana de esforzarse, que no tienen el mínimo interés de aprender.
Por supuesto, no podemos olvidar que la formación es malísima, la calidad de los formadores para este tipo de usuarios es pésima, al igual que la documentación o manuales.
Al respecto de las opciones por defecto, no hace mucho escribí un pequeño articulo-idea de negocio y lo publiqué en mi web: Selling customisation.
Yo diría que el enfoque es el contrario… si nos dirigimos a personas que vienen de usar un televisor (volumen arriba o abajo; programa arriba o abajo) no podemos pretender que se entusiasmen con miles de opciones.
En mi opinión, hay un nicho importante de mercado para quien sea capaz de facilitar la experiencia de internet a un usuario «poco hábil». Quizás pierda profundidad en su navegación, pero ganará a cambio comodidad.
Pues esa diferencia que notas entre distinto tipo de usuarios lo noto bastante en estádisticas. Es curioso como en webs frecuentadas por usuarios de poco nivel, de temas de moda y populares, el navegador más usado es el ie con un 99%. Lo comparo con las visitas a mi blog donde los usuariós son más de firefox, un 26% que se corresponde con el nivel medio de los bloggers …
También noto la gran diferencia que decís pero yo creo que es generacional y que gradualmente irá a menos cuanto más fácil se haga la comunicación, por cualquier canal…
… «respiran aliviadísimos cuando les libras de ella y les dejas como ‘about:blank'», jeje, muy bueno…
y además instructivo y crítico, si encuentran los links.. ;-)