¿Cómo se pasa de ser «la semilla de la revolución», algo hot-hot-hot de lo que todo el mundo hablaba, a ser elegido como el anuncio más malo y aburrido de toda la Super Bowl?
Preguntádselo a Napster. Ayer vi la noticia en The Register, y después en más sitios. El anuncio comparaba el hipotético (y absurdo) coste de diez mil dólares necesarios para llenar de música un iPod pagando a dólar la canción, con un servicio de suscripción all-you-can-eat por quince dólares al mes cuyas canciones desaparecen de tu alcance en cuanto lo dejas de pagar. La cortedad de miras y la exageración tendenciosa llevadas al extremo. Obviamente, cualquiera puede llenar su iPod con la música que le de la gana. Sus propios discos por cuyos derechos ya pagó en su momento, los discos de sus amigos, o lo que se quiera bajar de Internet al coste que estime oportuno, empezando en cero y llegando hasta lo que quiera pagar, en función de sus convicciones, su interés por financiar a quien produce la canción y otra serie de factores. Las opciones están ahí disponibles, y seguirán estándolo.
Por cierto, para los mitómanos de la publicidad, todos los anuncios de la Super Bowl están disponibles aquí.
otra noticia interesante de la publicidad de la Super Bowl es que por primera vez se ha emitido un anuncio de una empresa española (de Almería): Silestone.