Mi columna semanal en Libertad Digital trata esta vez sobre «El fin del miedo«, y está escrita con mucha intención. Con mucha intención de que el lector se dé efectivamente cuenta de que aquí está ocurriendo algo, y que es algo tangible, real, con muchas más garantías que la burbuja previa. Que ya nos hemos dado cuenta de que el mundo online Internet no es ni más inseguro ni más lleno de ladrones que el mundo offline (salvo excepciones y bolsas de fraude, que las hay, pero… también hay barrios donde no se puede entrar sin saber si vas a salir vivo, ¿no?). Que el desarrollo de Internet no se mide por cuanto se compra, sino por cuanto se usa, cuanto acceso a información relevante y rica proporciona. Si además quieres comprar, perfecto, pero en España siempre se comprará online menos que en Suecia, porque allí, entre otras cosas, «el grajo vuela bajo y hace un frío del… «
Un artículo pretendidamente anti-apocalíptico, excepto para aquellos que insistan en quedarse fuera del tema y, como digo en el cierre, «consolidarse como casta inferior».
¡Estupendo! Alguien optimista de verdad y no pseudo-optimista como Alberto… (va de coña).
Eso de las castas inferiores lo hablaremos en privado, te llamo cuando vuelvas.