La columna del pasado viernes en Expansión trataba a cerca de la esfera personal de la tecnología, y de cómo últimamente progresa más que la corporativa. Esto genera el curioso fenómeno de que haya personas que tiendan a presionar a sus empresas para que incorporen tecnologías más avanzadas, mientras que otros permanecen en la prehistoria tecnológica y a duras penas llegan a usar las funciones básicas de los gadgets que las empresas ponen en sus manos. Si fuéseis una empresa, ¿en cuál de los dos grupos preferiríais desarrollar procesos de selección? ¿Tecnófilos o luditas?
Buff… hay veces que incluso algunos pecamos de demasidado tecnófilos.
Incluso demasiadas veces me ha parecido que sugerir este tipo de herramientas era propio de ‘geeks’, y he preferido no comentarlo. Aunque conociendo a algunos directivos de empresas (auténticos ‘luddites’) es mejor no sugerir nada…
Hola
Ni tecnófilo ni ludita, soy «valiofilo», es decir que solo creo en lo que realmente aporta «VALOR» tanto en las empresas como en lo personal. Me explico, tengo muy claro que las nuevas tecnologías pueden aportar ventajas competitivas (mas o menos sostenibles) a las empresas, pero siempre y cuando estas cambien sus procesos de negocio asociadas y siempre y cuando esten preparadas (estructura organizativa, cultura, formación y nuevos procesos) a estas herramientas. Y en lo personal toda mi vida he utilizado agenda electrónica para ayudarme a gestionar mi tiempo, y curiosamente lo que utilizo de ellas es prácticamente lo mismo y aunque a veces he cambiado no les saco muchisimo mas partido, ha sido mas un tema de moda y actualización. Yo por ejemplo actualmente sigo utilizando la Palm Vx (1998) que de verdad me sobra para lo que hago y no he necesitado cambiarla por ninguna de las modernas que hay ahora, ya que lo tengo me es bastante. Es como el movil, lo sigo utilizando para llamar y por eso no lo cambio. Con esto quiero decir que cambiaré siempre y cuando el valor que me aporten sea realmente necesario y no me dejare llevar por modas, y lo mismo opino de las empresas.
A mi, habitualmente, me ponen caras extrañas con mis propuestas. Cuando son de activos tangibles desde el primer momento -ejemplo Skype- se adoptan sin rechistar, sin embargo, recibí negativos en otras como por ejemplo la incorporación de un Blog, objeto relativamente intangible en su gestación.
Hay dos problemas, uno que en las direcciones empresariales es difícil que haya confianza en los «tecnófilos», esos tios locos que se pasan el día hablando de cosas raras, y dos, que los «tecnófilos» suelen ser demasiado extremos y sus lenguajes claramente difíciles de comprender.
En el equilibrio radica el éxito, una dirección cercana a la tecnología y un tecnólogo cercano a la dirección, equilibro difícil, ehhh. Pero vamos que no descubro Roma.
La virtud esta en el termino medio. Muchos proyectos informáticos en las empresas han fracasado porque se quisieron implementar muchas cosas enseguida sin dar tiempo a que la mayoria las digiriera.
Como se trabaja en equipo hay que imponer una velocidad moderada, y por supuesto no sumarse a las modas. Porque no toda la tecnología vale para todas las empresas. Hay cosas que funcionan muy bien en un tipo de empresa pero en otras – por sus características – no funciona y es necesario algunas modificaciones más profundas.
Quizá eso de presionar a las empresas para imponer ciertas tecnologías sea una actitud individualista de a mi esto me funciona, me gusta. ¡¡¡ ojo !!! piensa si a tu alrededor va a funcionar, es posible adaptar y sobre todo si es necesario.