En mis últimos comentarios y columnas de prensa acerca de ese tema, la industria de los contenidos, que se está haciendo tan permanente que ya parece una obsesión, me ha sorprendido encontrarme algunas voces críticas con mi postura por «no entender el modelo alternativo que propongo». Vaya por delante que el tener voces críticas es algo que me encanta, me enriquece, y es en gran medida el propósito de una página como esta que estáis leyendo, que se formula precisamente como una «conversación con la Web». Pero claro, también me gusta rebatir argumentos cuando creo que puedo hacerlo, así que aquí va:
Primera premisa: la industria de la música y del cine está amenazada. Esto no admite discusión, ellos mismos lo dicen. El que esa amenaza se haya originado en ellos mismos, que primero por ahorrarse costes de fabricación nos obligaron a pasar del vinilo al CD, y después nos vendieron las grabadoras de CDs y DVDs como producto de consumo, no es relevante, aunque sí venga bien tenerlo en cuenta «por cultura general». A día de hoy, el modelo de negocio de la industria de los contenidos NO ES SOSTENIBLE. Como ya hemos discutido en muchas otras ocasiones (aquí están los dos más recientes, uno y dos), resulta profundamente absurdo intentar poner puertas al campo. En eso parecemos estar casi todos de acuerdo, excepto precisamente la industria afectada, que lejos de reconocer su error, utiliza el «sostenella y no enmendalla» por vía judicial, retorciendo las leyes perversamente mediante técnicas de lobbying para poder así perseguir a todos sus fantasmas.
Segunda premisa: dadas las circunstancias, parece evidente que el nuevo escenario no permite el desarrollo del modelo entendido como hasta ahora, y que la industria necesita un modelo alternativo. Y aquí llega la disgresión: ¿POR QUÉ TENGO QUE SER YO QUIEN LO PROPONGA? Se me critica por «informar» de que el modelo está en crisis sin proponer modelos alternativos… ¿Proporcionó Gutenberg un modelo alternativo a los monjes copistas y los periodistas de notas manuscritas (menanti) cuando le dio por inventar la imprenta, horrísona y malévola invención que destrozó el modo de vida de estos dignos y probos colectivos? Cuando Carl Paul Gottfried von Linde inventó el refrigerador… ¿se fue inmediatamente a hablar con las compañías que distribuían hielo para darles ideas sobre como reconducir su modelo de negocio? No, me temo que la ausencia de datos históricos testimoniales al respecto son indicativos de que dichas conversaciones nunca tuvieron lugar. Sí es verdad que algunas de aquellas compañías de hielo utilizaron su inteligencia para seguir en el negocio fabricando hielo en cubitos, que ahora venden en gasolineras y tiendas de conveniencia con un margen fastuosamente mayor que antaño. Pero no fue von Linde el que les contó como hacerlo.
En mi caso, el tema es más sangrante, dado que, aunque me hubiese encantado haberlo hecho, yo no inventé Internet ni el P2P, esas tecnologías maléficas que, a modo de imprenta del pasado, hoy amenazan a esos «monjes copistas» de la industria de los contenidos. Los que tienen que descubrir ese modelo de negocio ideal para los nuevos tiempos, ese Eldorado legendario, son ELLOS, no YO. Ellos, u otros nuevos, que si lo descubren, podrán explotarlos, y ahí estaré yo para decir eso de » a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga». Son ellos los que tienen que intentar innovar, defenderse, criar un grueso manto de pelo si no quieren perecer en la glaciación. Pero lejos de intentarlo, se dedican a defender con uñas y dientes el modelo antiguo, con lo cual incurren en los absurdos más sangrantes, que yo, como humilde cronista, reseño en mis columnas y artículos. Como profesor de una escuela de negocios, podré ayudarles si me lo piden. Podré poner esfuerzo, investigación y experiencia en el desarrollo de modelos alternativos si la industria interesada viene y me financia el que lo haga. Si no, me limitaré a elogiar o criticar sus movimientos según éstos me parezcan buenos o malos. Los de fuera, miran y dan tabaco.
Mi trabajo consiste en investigar sobre los cambios que la tecnología produce en las industrias, las empresas y las personas. Ejerciendo mi trabajo, escribo sobre los cambios que Internet y las tecnologías P2P están provocando en la industria de los contenidos. Y estoy encantado de hacerlo, porque gracias a la velocidad de la tecnología hoy, puedo ver cambios que un profesor de otra época habría tenido que vivir tres o cuatro vidas para ver. Hasta aquí, puedo llegar legítimamente, porque tengo la voluntad y la preparación adecuada (espero) para hacerlo. Pero aparten de mi ese cáliz de la búsqueda del modelo alternativo, del oro de Eldorado. No me toca a mí buscarlo. Les toca a ellos.
Ok, Enrique, queda claro. La industria de los contenidos está en crisis. Y además su forma de afrontarlo es una huida hacia adelante, un no querer enterarse que da pena, los pone en evidencia y justifica a todos los que piratean (si ya te condenan y facturan de antemano con los canones para los cds, se lo han buscado). No obstante, lo que yo quería decir en mi post anterior es que el pirateo es, cuando menos, de moralidad y legalidad dudosas. Y que, además, si no se innova bastante en los modelos de negocio, puede suponer una marcha atrás en los contenidos disponibles (ojo, puede. Lo mismo mejora mucho el contenido artístico frente al envoltorio actual). Como bien dices, son los implicados los que deben avivarse para sobrevivir.
Perdona la exigencia anterior, profe.
Enrique, mi crítica iba en respuesta a lo que escribiste en LD, criticando las técnicas antipirateo que están probando. Está claro que cualquier barrera tecnológica termina siendo superada, pero les puede mantener «vivos» un tiempo mientras buscan ese modelo alternativo. No creo que con esas medidas esperen acabar con la piratería, pero al menos conseguir que no vaya en aumento.
Me parece demasiado radical lo que escribiste de que se extingan dignamente en vez de luchar por sobrevivir.
Se me ocurre un ejemplo: imagina que uno de tus alumnos graba todas tus clases en video, y las pone en internet junto a todos los materiales, trabajos de clase, etc… y a consecuencia de esto, se produce un descenso considerable en el número de matriculados a cursos on-line del IE. ¿qué medidas tomaríais?Imagino que no cerraríais el kiosko, sino que a corto plazo trataríais de evitar el ‘robo’ y difusión de esos contenidos y, a largo plazo, tal vez consideraríais modelos alternativos para los cursos on-line.
Por otro lado, estoy seguro que ya tienes en mente algún modelo alternativo para la industria discográfica, y te intentaba ‘picar’ a ver si nos das alguna pista ;-)
No, si tuviese algún modelo estaría seguramente intentando aplicarlo o que alguien lo aplicase. No es la primera vez que aplico conclusiones del mundo académico al mundo de la empresa, es algo muy divertido y que legitima a un académico. En este caso es obvio que existen modelos… los encontrará la industria si cambia su actitud, sino, los encontrarán otros.
Con respecto al Instituto, no lo eo claro. Desde que entrego mis transparencias a todo aquel que me las pide después de una conferencia o sesión, con licencia Creative Commons Attribution, no sólo no viene menos gente a verme, sino que viene más. Mi cuenta de resultados particular ha mejorado mucho, doy más conferencias y las cobro más caras (no porque quiera aprovecharme de nadie, sino porque la disponibilidad de tiempo es marcadamente menor) Creo que hay muchos mitos en eso de que el copyright y la protección /restricción del acceso es la única o la mejor fuente de negocio para quien produce el contenido… Mi negocio no es la música, claro (canto de pena), pero creo que hay mucho que derivar de ese tipo de modelos…
Y a lo que iba: en mi caso, el que innovo soy yo. Nunca pediría al que viene a mis clases con una cámara que innovase él. De ahí el post. ¡Que dejen de quejarse y lloriquear, e innoven de una vez, pero en positivo! Si no, llegarán otros más listos y más eficientes, y se quedarán con el negocio.
Con respecto a lo de la webcam en las clases, creo que es interesante ver lo que están haciendo en el MIT, con cosas como el OpenCourseWare (http://ocw.mit.edu) muy interesante. Se tendrán que replantear las escuelas de negocio su modelo de negocio (valga la redundancia)?
Carlos, el hecho de que grabasen las clases y luego las colgasen en internet, no significaría que por ese motivo bajase el número de inscritos a los cursos del IE, mas bien supondría que mucha gente tuviese acceso a una determinada información y de ese modo se plantearan más claramente el pagar por hacer el curso. En este caso vale más lo presencial, y con respecto a Enrique, no tendría ni punto de comparación el que te diese las transparencias o un vídeo con sus clases, porque lo realmente que consigue es tener una alta interactividad con las discusiones que plantea en sus sesiones. Ahí está el verdadero valor.
Aquí, y como bien comenta Enrique, el copyright o la restricción de acceso a la información es un atraso y una traba para el desarrollo de un modelo de negocio exitoso… La gente sabe más, se informa más y por lo tanto exige. Y lo peor para la industria discográfica es haberse dado cuenta tarde de la tremenda oportunidad que han dejado pasar con el P2P, y ojo que a la cinematográfica le va a pasar lo mismo.
Enrique, de acuerdo con tu argumento… los artistas (o en este caso tu) logran mayor difusión, esa es la razón por la que ellos en general no se quejan o incluso algunos apoyan estas redes… solo hay un perdedor… las productoras (o en esta comparación, sería el IE)
Atach, una aclaración… me estoy refiriendo a la repercusión en matriculados a cursos on-line del IE, no los presenciales