Este tema combina dos cosas que me fascinan: el conflicto entre modelos de negocio tradicionales y aquellos posibilitados por las nuevas tecnologías, y la industria de la prensa tradicional, que he estudiado ya unas cuantas veces. Vía The Register veo como un estudio ha sido capaz de cuantificar entre 50 y 65 millones de dólares las pérdidas que los periódicos del área de la Bahía de San Francisco han sufrido a manos de Craigslists únicamente en concepto de pérdida de anuncios clasificados, una de las fuentes importantes de financiación de los periódicos. Craigslists es un sitio que goza de una enorme popularidad, y que recientemente ha sido participado en un 25% por eBay, lo que hace que los periódicos, ante la inyección de dinerito fresco y la notable iniciativa de su creador, Craig Newmark, se echen simplemente a temblar.
En el fondo, ¿qué hay aquí? Simplemente inercia. Los periódicos, que eran quien realmente conocía el negocio de los anuncios clasificados, disfrutaron durante mucho tiempo de la maravillosa oportunidad de lanzarse al medio online y desarrollar nuevos negocios basados en ese contenido. Sin embargo, no lo hicieron, y se encontraron con que otros, por supuesto, sí lo hacían. No puedes tener una mina de oro mucho tiempo cerrada sin explotarla, porque alguien viene y la explota por tí. El miedo a lo desconocido y a la canibalización de su fuente de negocio tradicional ha hecho que, por no hacer nada, los periódicos tradicionales se hayan visto adelantados por la derecha por competidores como eBay o Craigslists, que antes simplemente no existían. ¿No os suena conocido?
El periodismo tradicional debe luchar ahora con toda una formidable serie de amenazas: por un lado, con la disponibilidad de contenidos gratuitos en un medio infinitamente más ágil que el papel. Un medio, además, que hace que los medios que vivían de reescribir las noticias de agencia pierdan oportunidades, al poder ser desintermediados por los propios lectores, que acuden directamente a las fuentes. Por otro, el desarrollo del hábito de lectura mediante agregadores RSS, que dificulta la inclusión de publicidad. En tercer lugar, la citada erosión económica de los clasificados. En cuarto, el control/vigilancia por parte de ese «quinto poder» en que se ha constituido la blogosfera. Y suma, y sigue.
Una industria en crisis. Un panorama complicado de verdad.
Y además los clasificados pueden ser una killer application en los móviles 3G: llevas el listado contigo, con las fotos o vídeos de las viviendas, consultas un callejero, tomas instantáneas para luego recordar qué piso te gustó…
Os invito a que veais la version española de Craigslists: www.loquo.com
tiene ya 5 ciudades españoñas y 8 o 10 europeas. Y todo empezó desde barcelona hace unos pocos años, viendo la experiencia de craigslists.
respecto a usabilidad y programación, me parece todavía mejor que craigslists.
en fin… en España también sabemos hacer las cosas bien, o incluso, mejor.