Cuando Walter B. Pitkin, en 1932, escribió su «A Short Introduction to the History of Human Stupidity«, habría estado encantado de contar con ejemplos como éste. Veo en el WSJ que una pequeña empresa norteamericana, cuyo presidente es, como no, un abogado experto en patentes, ha interpuesto una demanda contra Dell por violación de una patente propiedad de la empresa. La patente se refiere nada menos que… ¡al uso de la Web para el comercio global! El angelito en cuestión dice pretender que toda empresa multinacional que «utilice su patente» le pague una módica cantidad porcentual sobre el valor total de sus ventas internacionales, y afirma que la base jurídica de su patente es sólida como una roca.
En la decadencia del Imperio Romano tuvieron que aguantar hasta que a Nerón le diese por incendiar Roma para hacerle sitio a su palacio. Esperemos que en la decadencia del imperio de la propiedad intelectual no lleguemos a tanto. Pero con tipejos como este vamos claramente por ese camino.
No tengo palabras… toda una fiera.