El problema de los políticos es cuando intentan manejar temas de los que no tienen ni la más ligera idea. En un estúpido intento por parar lo imparable, las autoridades de Rumanía han prohibido nada menos que los mensajes SMS ofensivos contra los candidatos a las elecciones que se van a celebrar (vía IBLNews).
¿Como puede alguien prohibir el contar chistes políticos? Pues si no lo puedes hacer en el «mundo real», no lo intentes hacer por el hecho de que esos chistes se vayan a transmitir a través de cualquier otro medio, electrónico o no. Es sencillamente ridículo, vano y absurdo. Dudo enormemente que alguno de los ocho millones de rumanos usuarios de telefonía móvil les hagan el más mínimo caso, y si la cosa no se cumple, les quedarán dos posibilidades: ignorar la ley y hacer la vista gorda – para lo cual sería mucho mejor no haberla dictado – o bien intentar ejecutarla, en cuyo caso se meterán en un jardín pidiendo a las compañías telefónicas sus registros, haciendo frente a responsabilidades difusas de quien envíe mensajes desde un servidor en el extranjero o anonimizado, y demás posibilidades que la tecnología ofrece a aquellos que saben utilizarlas.
Deja que la gente cuente los chistes políticos que quiera contar, sea por el medio que sea. Además, visto lo visto, está claro que lo mejor que se puede hacer con los políticos rumanos es precisamente contar chistes sobre ellos…