Esta foto pertenece a una de las paredes de la Sinagoga Pinkas, en Praga, donde estuve no hace demasiado tiempo. Recuerdo la visita a la sinagoga como algo que me impresionó profundamente. Ver esa interminable sucesión de nombres cubriendo las enormes paredes, desde el techo hasta el suelo, con los nombres de las familias en rojo seguidos de los nombres de las personas en negro y su fecha de nacimiento, que te permitía comprobar la enorme cantidad de ancianos, mujeres y niños víctimas de una barbarie semejante, intentar imaginar aunque sea de manera vaga el horror de aquellos años en el ghetto judío de Praga… Puedo ser muy impresionable, de acuerdo, pero recuerdo haber sentido algo sensaciones mucho más fuertes metido entre las paredes de aquella sinagoga que viendo cualquiera de las muchas películas dedicadas al holocausto, algunas de las cuales puedo considerar como grandes obras cinematográficas. Ahora, como comentan casi todos los medios (El Mundo, Libertad Digital, IBLNews,… ), el Museo Judío de Jerusalén ha decidido hacer accesible online la base de datos de víctimas del holocausto, en parte por dejar constancia de aquello, y en parte por continuar con un proyecto en el que la participación de personas de todo el mundo resulta fundamental (nunca más cierto en este caso… la diáspora judía) .
El proyecto tiene cierta afinidad, aunque obviamente con circunstancias menos dramáticas, con proyectos del tipo de Ellis Island Passenger Arrivals, una iniciativa que recoge las hojas de entrada en los Estados Unidos a través de la isla de Ellis, principal punto de entrada de las grandes olas de inmigración. Es una página a la que cualquiera puede ir, hacer una búsqueda de su apellido o el de cualquier otra persona, y obtener el documento original de inmigración, con la emotividad lógica que ello conlleva.
La iniciativa me resulta interesante, por lo que tiene de traslado al mundo online de datos, sensaciones, experiencias y hasta sensaciones antes restringidas al ámbito de los museos y archivos físicos. Francamente impresionante.
Sólo una pequeña correción (también para los periódicos) Yad Vashem, quien ha creado la base de datos on line de víctimas del Holocausto, es más que un museo. Es el mayor centro de investigación sobre el Holocausto que existe en el mundo.
Además imparte seminarios, para israelíes y personas de todo el mundo sobre el mismo tema. El año pasado tuve la suerte de formar parte del primer grupo de españoles que participó en uno. Fue algo inolvidable.
La base de datos de la que dispone es mucho mayor de los 3 millones que han puesto en la Red. Se acerca a los 6 millones de nombres contrastados. No es suficiente con que haya un testigo, tiene que haber más. En su elaboración se han producido espisodios realmente emocionante.
Uno de estos es el protagonizado por dos hermanos, ambos ancianos, un hombre y una mujer. Cada uno por su cuenta dió el nombre de su hermano como posible víctima, sin embargo al cruzar datos Yad Vashem descubrió que ambos estaban vivos y se volvieron a encontrar tras décadas de estar convencidos de que el otro había fallecido víctima del nazismo.