Ayer, Pleno de FOROmaR en el Faro de Moncloa, sitio la mar de majo para tener una reunión, la verdad. Hay una crónica en Periodista Digital, pero da poquita información y necesita registro. La cosa, francamente, empezó muy bien. Antes de comenzar la reunión, y ante las críticas que había mostrado abiertamente a la redacción del acta de la Mesa de Trabajo, estuve comentando con dos personas de la directiva, que me comentaron que se había modificado. Los cambios eran sutiles, pero efectivos: desaparecía el infausto punto 9, en el que se daba prioridad al UMTS por su «mayor implantación» (sic) en la sociedad, y aparecían un par de puntos en la parte dedicada a redes inalámbricas (en cursiva los cambios):
2) Se propone vigilar el cumplimiento de la normativa para evitar el desorden en el caso de utilización del espectro libre, especialmente en el caso de los que provean servicios disponibles al público, teniendo total prioridad en el uso de infraestructuras y espacios públicos para la instalación de antenas sobre los demás.
3) Se sugiere potenciar modelos colaborativos (entre ciudadanos y operadores) para evitar colisiones de intereses. Se planteó en el debate el «modelo Philadelphia» como modelo de cooperación entre agentes.
4) Respecto al debate tecnológico surgido alrededor de las tecnologías emergentes, se insta a ser neutrales y no apostar por ninguna tecnología en concreto sino que, puesto que el objetivo último es poner a Madrid en la punta de la SI, se trata de ser facilitadores, para asegurar la disponibilidad de tecnologías emergentes, y de fortalecer las tecnologías ya implantadas.
Mejor, ¿no? Lo de «asegurar la disponibilidad de tecnologías emergentes» suena cuando menos prometedor.
El debate estuvo muy entretenido, y particularmente apasionante cuando Fernando Pardo, que no había estado en la mesa de trabajo, propuso una idea que hemos comentado aquí algunas veces: la creación de una especie de «comisión de infraestructuras» que integrase operadoras, Ayuntamiento y ciudadanos a modo de consorcio semipúblico, que organizase el despliegue de las infraestructuras, y las pusiese a disposición de los operadores. De esta manera, esa comisión facilitaría el despliegue de antenas de telefonía y de hotspots de WiFi para asegurar la cobertura necesaria. Los operadores no competirían en calidad de la cobertura, que sería lógicamente buena, sino en servicios y otros factores, y las obras de instalación se racionalizarían. Las operadoras saltaron como leones ante la propuesta, que se interpretó como una forma de hacer peor cosas que funcionaban mejor con libre mercado, y se puso como ejemplo el Metro, en donde la creación de un consorcio de este tipo ha impedido hasta ahora el despliegue de infraestructuras. Sin embargo, la idea merece una segunda pensada, en particular en lo referente no a UMTS, sino a WiFi. ¿Por qué? Simplemente, porque el interés de una operadora que quiere rentabilizar su inversión en UMTS es contrario al despliegue de infraestructuras para WiFi, de manera que si no es algo que decida un consorcio, las operadoras podrían optar por despliegues lentos o incompletos. Un consorcio podría asegurar que el interés de los ciudadanos por disponer de cobertura WiFi estuviese mejor asegurado. En cualquier caso, me parece un debate interesante y desarrollado en el sitio adecuado, aunque desafortunadamente no en el momento adecuado. De haber ocurrido en la mesa de trabajo, habría resultado más sencillo introducirlo en el acta, en lugar de ahora que se pretendía fundamentalmente ver si el acta respondía a lo expuesto.
En otro orden de cosas, yo comenté que la división entre los puntos de telefonía móvil y redes inalámbricas era artificial, puesto que respondía a lo mismo y, por convergencia, eran susceptibles de ser discutidos en un sólo punto. Dado que con UMTS los móviles se usarán no sólo para voz, sino también para datos, y los dispositivos de conexión a la Red se usarán además para voz, las dos cosas pueden ser consideradas lo mismo. ¿Qué espero con ello? Meter el despliegue de infraestructuras inalámbricas en el mismo privilegiado saco que se encuentran las de UMTS, que, por llevar detrás el empuje de las operadoras, tiende a recibir mucha más atención. Si discutimos el despliegue de hotspots en el mismo ámbito que el de las antenas, creo que puede ser beneficioso.
También hubo una larga discusión sobre canales de televisión, que no me resultó especialmente interesante. Cuando salga el acta, os comentaré.
Otro tema, y este sí me parece importante: habrá un foro virtual abierto a la participación, lo cual me parece una buena iniciativa coherente con lo que quiere el Ayuntamiento, que es escuchar y recibir ideas y propuestas. Estará albergado en la página de la iniciativa, aunque aún no está operativo, dijeron que lo estaría en breve.
Por lo menos, se me ha quitado algo el pesimismo negro de la reunión anterior. Mi siguiente cita, la mesa de trabajo de usos y servicios, la que más interesante me parece. Será el 2 de Diciembre.
Mi santa madre siempre ha dicho que el primer paso para hacer una cosa es QUERER hacerla. Y a raíz de esta reunión parece que al menos un poquito de voluntad se percibe, aunque sigo creyendo que los representantes de las operadoras son precisamente eso, representantes de operadoras y posiblemente tengan un discurso muy limitado.
Aprovecho para decir otra cosa que me gustaría haber comentado en el post anterior y al final no hice: tener la tecnología y los medios es deseable, pero lo es más que toda esa libertad en potencia esté cerca del ciudadano. Creo que en próximas sesiones se debería hablar de accesibilidad al medio (ahí podrían jugar un papel muy importante las operadoras) y de educación, comenzando por las escuelas y pasando por asociaciones vecinales, centros de día, televisiones locales…