He pasado las últimas dos horas dedicado a una tarea apasionante: revisar la agenda de Outlook ficha por ficha. Llevaba tiempo notando cosas extrañas, nombres duplicados, o mal indexados, un número excesivamente alto de contactos… hasta que al disponerme a sincronizar mi teléfono nuevo (no era farol, el viernes me compré uno) me dí cuenta de la que podía liar si sincronizaba aquella… aquella… aquella PORQUERÍA, que otro nombre no puede tener. Todas las fichas de personas que en su momento dí de alta con dos apellidos – cuestión, digamos, «común» entre mis conocidos, particularmente entre los españoles – aparecían misteriosamente duplicados o hasta triplicados. Alguien llamado Federico López Martínez, por ejemplo, aparecía como «Lopez Martínez, Federico» (hasta aquí todo correcto), pero también como «Martínez, Federico López», y hasta como «López, Federico M.» o simplemente «Federico Martínez». Aparecían además en variados lugares arbitrariamente, es decir, indexados en la F de Federico, la L de López o la M de Martínez… para volverse loco.
¿Razones? No lo tengo claro, pero por supuesto tienen algo que ver con la cross-culturalidad. Aún no he encontrado el primer norteamericano que entienda fácilmente eso de que los españoles tenemos DOS apellidos, uno primero idéntico al primero de nuestro padre, y otro, que suel ir segundo, idéntico al primero de nuestra madre. Para ellos resulta una ciencia insondable de imposible comprensión, hasta tal punto que el mejor consejo que puedo dar a un español que se vaya a vivir a los Estados Unidos es que pida disculpas a su madre, y elimine toda referencia a su segundo apellido en todas partes. Yo sólo cometí el «fallo» de enseñar el pasaporte en mi banco cuando abrí la cuenta, y me pasé cuatro años siendo «Mr. Perez, Enrique D.»… y por supuesto, Perez, sin acento en la primera «e». Además, claro, de mantener interesantes conciliábulos de inmersión cultural cada vez que alguien me preguntaba, por seguridad, por mi «mother’s maiden name» (nombre de soltera de mi madre)… ¿Qué seguridad puede darle a un español poner como clave su «mother’s maiden name» si es… ¡oh, casualidad! «igualico, igualico» que su segundo apellido?
¿Puede ser la superposición de Plaxo sobre Outlook? Podría ser… ni Microsoft es especialmente conocido por su sensibilidad a las diferencias culturales, ni Plaxo deja de ser una empresa «as American as apple pie«. Aunque, la verdad, tendría difícil saber si Plaxo tomó sus propias decisiones sobre los contactos de Outlook o fue Outlook quien reindexó los contactos de Plaxo, porque ambos programas mantienen una apasionada relación de intercambio constante de fichas que me está empezando a volver loco. ¿Puede ser la sincronización «de viene y va» a lo largo de diferentes momentos en el tiempo de más de cuatro PCs con cuatro PDAs sucesivas, entre las que había tanto Palm como WindowsCE? ¿O simplemente la estupidez congénita de un programa que cree ser inteligente y se toma decisiones que no debería tomar? ¿O tal vez la perversa maldad de los objetos inanimados?
El caso es que me he pasado dos de las horas más absurdas de mi vida, y ni siquiera sé que va a pasar cuando llegue hoy a casa y sincronice la PDA…
Solamente te puedo decir que he tenido aun peor suerte que tu. No solamente me ha pasado esto pero también me ha «destrozado» los nombre que tenian accentos. Allegria si tienen que revisar contacto por contacto para arreglar los accentos, sobre todo si eres como yo extranjero y los accentos no son la cosa más lógica ni natural que hay en el mundo.
Vive la userfriendlyness
Carsten
¿Qué ocurre cuando un sistema como una agenda electrónica, pensado para que ahorremos tiempo, consigue que perdamos dos buenas horas?
Bueno, supongo que habrá que admitir que si uno quiere probar las tecnologías cuando van saliendo (las agendas electrónicas y afines no son mi idea de «última tecnología», pero una cosa es «probar» y otra «usar intensamente», que es cuando de verdad puedes valorar) tiene que hacer frente a fricciones que probablemente dejarán de existir en versiones subsiguientes. Lo importante del hecho, aparte de que perder dos horas haciendo un trabajo aburrido y absurdo sea cabreante, es seguir apostando por la innovación pase lo que pase. No me gusta la imagen del «pesimista tecnológico», aunque a veces escriba posts sarcásticos como éste. Me fastidia sobremanera que un fallo cross-cultural desconflaute mi agenda, pero seguiría usando tecnologías para ese tema así tuviese que meter todos mis contactos a mano otra vez…
No creo que ninguno de los que te leemos diariamente desconfiemos de la innovación. Es más apostamos por ella y, al menos en mi caso, soy de los que pruebo cualquier cosa ‘nueva’ que cae en mis manos o que encuentro por la red tan pronto como tengo la oportunidad. Pero pese a todo el potencial que encierran estas tecnologías no puedo evitar fijarme que muchas de ellas no consiguen superar ‘la semana de prueba’. En mi caso, son muy pocas las que realmente se han asentado en mis hábitos diarios (pendrive, gmail…)
Por cierto, esto me recuerda que voy a tener que volver entrar a Orkut un día de estos…
¡Coño, Orkut!
Ahora vuelvo ;)
El caso es que llegué a casa, sincronicé la PDA, y funcionó todo a las mil maravillas, me quedó tanto en el Outlook de casa como en la PDA un fichero limpito, sin duplicaciones ni nada de nada. Y al cabo de un rato, entró un mensaje de Plaxo diciendo que quería crear nosecuantos contactos… ¡¡precisamente los duplicados!! Así que mucho me temmo que ya tenemos «sospechoso oficial» del desaguisado…
Pues a mí no me ha ocurrido eso (sincronizo 4 elementos: portátil, pda, móvil y Plaxo). La única razón que se me ocurre es que yo no utilizo el «Update Contacts» y vosotros sí. ¿Puede ser?
creo que esto es un ping,
http://www.veaseademas.com/archivos/000298.html
Pasa todo a este formato, no tiene pérdida:
López-Martínez, Federico
saludos.