El Wall Street Journal anuncia una open house de cinco días, y se plantea la posibilidad de abrir una parte sustancial de sus contenidos. ¿La razón? A pesar de sus 700,000 suscriptores, se estaba convirtiendo en un medio poco citado por los bloggers, y, por tanto, con una influencia menor. Aquí lo comenta News.com, aquí Libertad Digital, y aquí un análisis de Guillermo Rodríguez.
En su momento, utilicé la transición al modelo de suscripción pura de WSJ como uno de los modelos base en mi tesis. Mediante el análisis de las cifras que ellos mismos auditaban a lo largo del tiempo, tracé una serie temporal que demostraba como el número de suscriptores en la época gratuita había ido ascendiendo de manera estable hasta los 163,000. Cómo todos esos suscriptores ignoraron en grueso las advertencias de la compañía de que los contenidos se harían de pago en una u otra fecha, lo que forzó a la compañía a retrasar las fechas inicialmente previstas para la transición. Cómo se lanzaron ofertas a mitad de precio asociadas a cualquier cosa… si eres suscriptor de la versión papel, si eres socio de CompuServe, si eres bueno, si eres malo, pero poco… Nadie les hizo ni caso, los números de suscripciones eran completamente ridículos. De repente, Neil Budde, entonces editor, se hartó, y decidió hacerse de pago como había anunciado. ¿El resultado? Sus 163,000 lectores se quedaron en… unos 7,000, y tardaron casi dos años en recuperarse. Cada vez que pienso en «aquel día en la vida de Neil», se me ocurren las peores pesadillas. ¿Qué decir a tus jefes? ¿Y a los anunciantes? Cuando alcanzaron los cien mil suscriptores, hicieron una open house de una semana para celebrarlo, que ha sido la última hasta ahora. En este último mes tenían 700,000.
Llevo suscrito desde 1998, pagando religiosamente, y es uno de los servicios que más valoro en Internet. De los cuatro modelos que contamos en clase (publicidad, suscripción, servicios de valor añadido y micropago) es uno de los que siempre utilizo como ejemplo ilustrativo. Esto me parece interesantísimo, veremos por donde salen.
Y en cuanto a las comparaciones… ¿para qué? ¿Acaso no dicen que son odiosas?
Enrique, quizá sería interesante que comentases porqué estás dispuesto a pagar por una suscripción a WSJ y no a El País.
Te puedo comentar las tres razones principales por las cuales estoy suscrito al WSJ a título personal, incluso teniendo en cuenta que la tengo disponible con suscripción colectiva en el Instituto: en primer lugar, la información que me da el WSJ no la encuentro fácilmente en otras publicaciones, es una mezcla de «rabiosactualidad» con análisis y comentarios que me gusta mucho. En segundo, las alertas, que son muy buenas y las valoro un montón (eso de llegar a una clase o reunión con «la última hora» es un puntazo, para que nos vamos a engañar). En tercer lugar, veo que explotan muy bien el medio online, experimentando con un montón de posibilidades según la tecnología las va haciendo disponible, y eso me da ejemplos que comentar en clase y me gusta como actitud.
La segunda parte del análisis es fácil de completar :-)