Enrique Dans

Netflix se alía con TiVo para distribuir a los usuarios de la plataforma películas de vídeo de manera inmediata. Desde que se lanzó la exitosa Netflix, todos sabíamos que la rentabilidad de la iniciativa no era un problema. La empresa lo ha hecho fenomenal hasta el momento, ha salido a bolsa, ha sido rentable y ha revolucionado el sector, haciendo preocuparse a gigantes tradicionales del medio como Blockbusters. Y ha conseguido todo eso a pesar de estar lastrada por el hecho de tener que dedicarse al movimiento de átomos, cuando lo que realmente importaba en el negocio no eran esos átomos, sino los bits que llevaban dentro. ¿Por qué nos parecía que la rentabilidad no era un problema? Porque veíamos que el destino de la empresa era la distribución de películas vía Red, y que el paso previo, consistente en distribuir mediante logística convencional, no era más que una manera de construir una gran base de datos de millones de usuarios con sus gustos, sus tendencias, su historial de recomendaciones y su sensibilidad a las mismas, etc. Ahora, Netflix tiene una enorme base de datos, con un muy alto nivel de permiso, y un nuevo canal por el que distribuir sin incurrir costes de logística. Un verdadero puntazo, Mr. Hastings. Ahora podrá «amazonear» a Blockbuster de la misma forma que Jeff Bezos hizo con Barnes&Noble. La verdad es que el verbo «amazonear» me gusta cada día más.

¿Seguirá ahora los pasos de Netflix su homólogo español, MediaXpress? Si bien el mercado de Personal Video Recorders (PVR) en España no está en absoluto maduro todavía, esta es la hipótesis que barajamos en su momento cuando decidimos empezar a escribir el caso MediaXpress, que por cierto, estará terminado en seguida y espero que se incorpore a mi curso en esta edición que empieza en breve…