A partir de ahora, preguntarle al vendedor de la ONCE qué números lleva será simplemente absurdo. Pondrá cara displicente, como de «que antiguo», y responderá eso de «señor, los llevo TODOS».
La ONCE da un ejemplo de innovación, y organiza una aplicación buenísima de las tecnologías de movilidad, impresión portátil, accesibilidad, seguridad, etc. como podéis ver aquí en El Mundo, o aquí en la página de la propia ONCE. Estoy por bajarme a la calle a ver si me encuentro a uno de esos vendedores equipados con TPV, habiendo seis mil, malo será que no esté ninguno por mi zona… (si tengo suerte me encuentro uno, y si tengo aún más suerte, hasta me toca :-)
El terminal permite la introducción de un número, que es descontado del ordenador central, la impresión del billete, y hasta la comprobación de billetes premiados mediante un scanner. Hasta habla, para mejorar la accesibilidad. Todo eso, en 750 gramos y 21 centímetros. A base de quinientos terminales repartidos por semana, dentro de muy poco, todos los cupones se venderán así.
(Foto cortesía de El Mundo)
En Madrid, cerca del IE, me comentan que hay uno seguro en un kiosco al lado del VIPS de Velázquez con Ortega y Gasset … (creo que está sólo por las mañanas).
Si además estás interesado en que te lo enseñen más en detalle, me comenta un responsable del proyecto que estarían encantados.
Saludos.
Te diré Enrique… en la playa había un vendedor de la ONCE que pasaba todos los días con el terminal vendiendo cupones.
Mi pregunta aquí, en referencia al comentario anterior, deformación profesional, ¿ahora podría pagar los cupones con tarjeta?, y ya más en concreto, ¿podrían los vendedores de la ONCE vender también recargas de telefonía móvil? (por diversificar el negocio. Fue lo primero que se me vino a la mente cuando vi el terminal).
De todas formas, el proyecto me parece muy interesante.
Tienes uno en la esquina de Serrano con Juan Bravo. Usa este sistema desde hace meses (yo le compro el cupón todos los días). Otra de las ventajas del aparatito es que «lee» los cupones premiados. De aquí a nada no necesitarán llevar las molestas «ristras» de números diarios, del viernes, fines de semana…
Ya se lo he dicho a Susana, pero por si las moscas, lo tiene el puesto de la ONCE que hay en el Carrefour del Pinar de las Rozas.
no creo correcto que los cientos que compramos no se sepa nunca a quien le ha tocado, mi nombre Joan Serrano Escapa, eso lo encuentro absurdo, soy CATALAN pero nunca he visto a donde a tocado, ya sé que me dirán que es secreto pero el lugar que ha tocado NO nada más supongo que no harán caso de este CATALAN pero es igual