Phishing

Lo preocupante no es el nuevo caso de phishing, esta vez sobre Citibank, sino el efecto que trae consigo: que si Internet es malo, malísimo, peligrosísimo, una cueva de ladrones… Las personas que contestaron a ese mensaje indicando su número de cuenta y su contraseña lo habrían hecho exactamente igual si se lo hubiesen preguntado por teléfono, pero la culpa, por supuesto, se la echarán a Internet, esa perniciosa raíz de todos los males de la civilización contemporánea… vivir para ver. Lo decía Guillermo Rodríguez hace poco. Por favor, un poco de sentido común: lo importante del fraude es el fraude, no el hecho de que se realice en Internet. Podría haberse realizado igual por carta, por teléfono o seguramente hasta en persona. Pero no, claro, lo que vende, lo amarillo, es decir que Internet tiene más peligro que una caja de bombas. Y así nos luce el pelo.

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