Los luditas (derivado del inglés luddites) eran un grupo de radicales ingleses de principios del siglo XIX que se oponían al uso de máquinas por lo que ello significaría con respecto a su futuro crecimiento y dominio sobre el hombre. Su líder, Ned Ludd, conocido como King Ludd, es un nombre «de leyenda», que dicen que se hizo famoso al destruir dos cadenas de producción de prendas de ropa que producían prendas más baratas que aquellas hechas por trabajadores manuales. La inclinación al sabotaje desarrollada por los luditas hizo que se les persiguiese con muchísima intensidad en plena época de la Revolución Industrial, hasta el punto en que 17 personas fueron ejecutadas en 1813 (leer más sobre el ludismo)
Leo este artículo en Baquía, comentario de este otro en the Register, sobre la resistencia de una parte de la población norteamericana a utilizar Internet, a pesar de que en muchos casos se trata de población con acceso a la Red, bien por recursos o por tener a su alcance los medios necesarios. Se trata del denominado neo-ludismo, y la tesis del artículo es que habrá que diseñar mejores maneras para atraer a esa gente a la Red.
Ahí es donde yo no lo acabo de ver. No creo que se deba intentar atraer a la Red a aquellos que manifiestan un desinterés por la misma. Sí me parece interesante poner los medios al alcance para que aquellos que no puedan acceder por motivos económicos o sociales lo hagan. Sin embargo, lo único que me llevaría a diseñar una propuesta de valor para llevar a la Red a aquellos que manifiestan un patente desinterés por ella sería la existencia de una idea de negocio derivada de ello. Es decir, sólo voy a buscar atraer a los resistentes si veo en ello un beneficio económico para la empresa que lo haga.
El hacerse resistente a una tecnología está dentro de la libertad de una persona. En todas las revoluciones tecnológicas ha habido grupos de resistencia, al ferrocarril, al avión, a la mecanización de la producción… yo tengo al menos dos amigos que se niegan a utilizar teléfono móvil. ¿Resultado? Acabo hablando mucho menos con ellos que si lo tuviesen. Con el tiempo, o van desapareciendo las resistencias, o van desapareciendo las personas. Es ley de vida, y no creo que se deba forzar. La Red tendrá detractores durante al menos un par de generaciones, oiremos discursos de todos los colores sobre lo mala que es, la dependencia que provoca, el vicio y la perversión que genera, y el fraude que alimenta. Con el tiempo, las resistencias a la tecnología irán desapareciendo, no nos obsesionemos con ellas. Hoy en día no vemos personas que se nieguen a entrar en un tren alegando que la elevada velocidad producirá desplazamientos indeseados en sus vísceras, aunque todavía vemos resistencias a subirse a un avión. Internet ha sido, sin duda, uno de los procesos de difusión más rápidos de la Historia. Pero a algunas cosas hay que darles su tiempo.
«Internet ha sido, sin duda, uno de los procesos de difusión más rápidos de la Historia. Pero a algunas cosas hay que darles su tiempo. »
Quizás estés olvidando que 4/5 de la población mundial no tiene acceso a internet. A veces tendemos a pensar que el mundo es sólo el primer mundo.
Hola Luisa:
El comentario de Enrique se refiere a la resistencia que encuentra Internet entre gente que puede conectarse a la red y no quiere.
Sí es verdad que tendemos a pensar en lo que tenemos más cerca, en la medida en que nos afecta más directamente.