Lo decíamos hace poquito… la publicidad entendida a la manera tradicional se muere. Ahora, la legislación alemana autoriza la venta de un aparatito por 99 euros que, controlado por una señal que se recibe a través de Internet, cambia de canal a uno sin publicidad en cuanto el que estamos viendo se va a corte comercial. A mí el tema me despierta interrogantes múltiples… ¿el aparatito cambia sólo? ¿Y a que canal se va? ¿A uno escogido al azar y que no esté emitiendo publicidad? ¿O a uo en concreto, que paga más que otro? ¿Dónde está el modelo de ingresos? ¿Pagaremos por recibir esa señal mágica salvadora? Ufff, ya me estoy pasando de curioso, ¿no?
El caso es que, funcione o no funcione, la cosa ya está aquí, funciona, y todo un modelo de muchos años entra en crisis.
Que la necesidad, diría más, la demanda está ahí me parece bastante evidente. Lo que no acierto a entender es cómo no ha triunfado mínimamente en España un modelo tipo TiVo, que precisamente te permite hacer eso.
Abundando (je, je) en la idea de Julio de Tivo, a mí lo que me interesa es poder grabar un programa sin publicidad. Este aparato más parece un zapping automático. Y como dices «¿el aparatito cambia sólo? ¿Y a que canal se va? ¿A uno escogido al azar y que no esté emitiendo publicidad? ¿O a uno en concreto, que paga más que otro?…». Prefiero hacer el zapping yo mismo.
A bote pronto no veo qué me puede aportar este cacharro.
Los PVR que se saltan la publicidad son otra cosa. Los anunciantes y las cadenas tendrán que buscarse la vida e innovar (como la campaña que comentas de T5 y Carrefour). Y si el modelo de negocio, finalmente, no se sostiene pues a otra cosa.