Acabo de leer en eMarketer esta referencia a un estudio de Radicati sobre el uso de aplicaciones de IM a nivel empresarial. En el área se usa extensamente, de hecho a veces es la mejor manera de localizarnos a algunos, y además se está estudiando académicamente. A nivel práctico, las experiencias que hemos hecho para, por ejemplo, poner reuniones, han sido muy interesantes. Si puedes poner una reunión con cuatro personas muy ocupadas abriendo una ventanita en el ordenador de cada uno de ellos, puede resultar mucho más eficiente que circular un número n de mensajes de ida y vuelta con las restricciones de cada uno, yo puedo, yo no, a mí me viene mal, a mí bien… y si encima los mensajes se llenan de internal jokes y cachondeítos variados como suele ocurrir en el área, ya ni te cuento… por ejemplo, esta «perla» circuló la semana pasada por el área (no voy a decir quien lo escribió ni menos aún poner alguna de las respuestas)
«…Me piden varios compañeros si podemos llevar la reunión a las 7 de la tarde del mismo día 7. Como somos 7 profesores, no me parece mala cosa. ¿Alguien recuerda si el Apocalipsis dice algo de los tres sietes?. Me suena a lejía, pero poco más»
La predicción, aunque del estudio me pueda fiar lo mismo que de los de otros oráculos similares en tiempos pretéritos, es que un 80% de las compañías estarán haciendo uso de IM a nivel corporativo en el 2008. A mí, por lo pronto, me parece interesante, aunque un tema complejo. Procuro que el IM sea una herramienta que utilicen amigos y familiares, pero claro, varias de las personas con las que trabajo todos los días entran dentro de esa categoría, con lo cual me he sorprendido muchas veces usándolo para comentar temas de trabajo en medio de la tarde de un domingo. Posiblemente la otra persona o yo mismo estábamos trabajando a pesar de ser domingo (es lo que tiene el mundo académico, ¿no?… al ser «vocacional», no desconectas demasiado), pero también estoy seguro de que en otras ocasiones alguno de los implicados se había acercado al ordenador para leer el periódico, ver que película ponían en el cine de al lado, o matar unos marcianos que pasaban por allí. Por no mencionar la infinidad de veces que alguien «me entra» por el IM, para encontrarse con que la que está delante del ordenador son mi mujer o mi hija, que aunque tienen sus propias sesiones y sus IM respectivos, muchas veces no se molestan en cambiar de usuario. Yo, como en casi todas las cosas, me dedico a explorar el uso sin preocuparme demasiado por las consecuencias, pero está claro que esto del IM puede representar una alteración (y no quiero entrar en si buena o mala) del balance vida personal/vida profesional.