Me harto de decirlo en mis clases de CRM: el marketing tradicional, tal y como lo conocemos, consistente en buscar armas con las que disparar de la manera más eficiente posible a los clientes, ha llegado a su crisis definitiva. Ahora es el Director de Marketing de Pepsi el que se replantea su inversión publicitaria en televisión. Ya no se pregunta, como antes, cual de las dos mitades de su inversión en publicidad está desperdiciando. Ahora afirma simplemente que la desperdicia entera. Este «replanteamiento del marketing» creo que dará muchísimo que hablar en el futuro, y que la tecnología tendrá mucho que ver en ese diálogo. Desde mi punto de vista, como no, es la evolución desde una economía producto-céntrica, centrada en el producto y, por tanto, que intenta «enseñar» el producto cuantas más veces mejor, y la economía cliente-céntrica, en la que la comunicación comercial tenderá a adaptarse a aquel con quien queremos comunicar y a aportarle algún tipo de valor, o será simplemente eliminada por el usuario. Y para los que duden si el directivo de Pepsi tiene razón, aquí va este gráfico que me enseñó mi mujer el otro día sobre la evolución de las audiencias durante la emisión de un programa de TV. Las caídas bruscas son cortes publicitarios, lo cual quiere decir, poco menos, que cada vez que la serie se va a publicidad, todo el mundo corre a por su mando y cambia de canal, haciendo que la barbaridad de dinero invertida por los anunciantes se desperdicie. Este modelo, por pura lógica, no puede durar mucho.
Las productoras españolas que gestionan estas series de televisión introducen la publicidad en el argumento, la última noticia era que se imitaba un anuncio de Coke ¿puede ser el de Light Fever? en una de ellas.
Por cierto la estadística de audiencia de compañeros y periodistas es de antes de ayer…