Dos frases, dichas en una conferencia, y referentes a reglas o tendencias de futuro:
1. Lo que no se puede medir, no existe
2. Lo unico permanente es el cambio
A mí, personalmente, me parecen profundamente incoherentes, y así lo comenté. Después de haber trabajado muchos años en como medir cosas difíciles como la productividad de la tecnología, creo (y me apoyo para ello entre otras cosas en el post anterior sobre las Wired 40) que en un entorno como el que vivimos hoy, en el que todo se mueve y nacen nuevos escenarios, riesgos y oportunidades cada escasas semanas, la idea de medirlo todo es profundamente negativa y limitante.
Me explico: precisamente las empresas del Wired 40 se caracterizan por lanzarse a apuestas tecnológicas inciertas, esas que una empresa que intentase medirlo todo no haría jamás. Si esas empresas hubiesen aplicado el principio 1, el de que «lo que no se puede medir, no existe», no habrían, en la mayor parte de los casos, ni siquiera llegado a nacer. Por tanto, si intentamos seguir ambas reglas, en el entorno de cambio actual estaremos condenados a la más absoluta mediocridad. Pero esto es pura opinión.
La primera frase es válida sólo en un entorno consolidado donde sabes dónde estás y a dónde quieres ir y necesitas un sistema de control. En un entorno nuevo y sin referentes propios o ajenos es una frase sin sentido.
Aunque estoy totalmente de acuerdo con el comentario, en mi día a dia como consultor sufro continuamente la aplicación de esa frase en la empresa española.
Es muy difícil que un directivo nacido en este país hace 50 años se olvide de medir e intente probar cosas. Su capacidad de innovación es prácticamente nula. La capacidad de asumir riesgos en favor de una innovación que reporte una ventaja competitiva es inexistente.
Como decía un viejo jesuita profesor en el ICAI, uno de los mayores problemas de este país es el «yavalismo».
YAVALISMO = YA VALE, YA VALE, …
La frase de la medición me recuerda la que sueltan los registradores: «Lo que no está en el Registro, no existe».
Más creatividad y apertura mental, siempre conducen a una mejor comprensión de la realidad y de lo que está por venir.
Si quieres convencer a alguien de esto lo mejor es que le pongas el ejemplo del fútbol.
En los deportes americanos todo suele estar muy medido: bateos, puntos, rebotes, yardas corridas o de pase, … Casi con eso puedes prácticamente saber quien ganó el partido y como fue.
En el fútbol europeo (deporte intelectualmente superior) da igual lo que midas nunca sabrás como acabó. Pues la tecnología es igual, por mucho que midas no sabrás como acabó
El que dijo esas dos frases era alguien de incuestionable prestigio en el mundo de la empresa, así que merece la pena pensar en ello porque si un tipo así dice una cosa así cuando le están escuchando, algo de cierto debe haber.
En mi opinión lo importante es el equilibrio. La creatividad sin corsé y el cambio permanente están muy bien y son imprescindibles en entornos cambiantes (cuidado con esto porque no TODO cambia, hay que saber distinguir) pero no hay que olvidar que en el otro lado de la balanza está el sentido empresarial que es el que tiene que dar soporte con una cuenta de resultados que permita las alegrías de cambiar e innovar
Medir no es igual a control, muy al contrario. ¿Qué hacen los chicos de Google con GMail ahora? Miden. ¿No mide el IE cuando calcula la rentabilidad de sus clases, conferenciantes, etc? ¿No mide Microsoft (más que nadie)?.
La inteligencia de esto pasa por saber encontrar qué hay que medir, cómo, para qué y sobre todo evitar limite innecesariamente la labor creativa. Hace falta más gente que le de al magín en estas cosas.
¿Heráclito de éfeso era un hombre de prestigio en la empresa?.
Que lo único permanente es el cambio es un principio universal entendible solo por sentido común
Y cuando uno se refiere a que todo puede ser medido, no se refiere necesariamente a saber el largo, ancha, altura, cantidades parametradas, se refiere también a manejar tendencias e impactos de diversas ideas «abstractas» con indicadores más aterrizados en la realidad. Porque no se pueda medir exactamente algo no quiere decir que no sea siempre necesario una medición indirecta por medio de indicadores.
La cuestión fundamental, y por la que algunos proyectos pueden ser dados por tontos o arriesgados, siendo en realidad importantes y productivos a futuro, es porque hay que escoger los indicadores de medición adecuados, sin indicadores bien pensados el resultado de la medición no tendrá coherencia alguna.