Esta noticia sobre Microsoft y Mario Monti puede acabar siendo absolutamente clave en la panorámica competitiva del futuro. La decisión de aplicar «abuso de posición dominante» a una empresa que decide incluir una prestación de modo gratuito en su sistema operativo es algo que afecta poderosamente la estrategia de bundling de Microsoft, una de las claves principales de su éxito. La estrategia de bundling, o lote, consiste en conformar una oferta de producto que contiene tantas prestaciones indisociables, que todos los usuarios radican su interés en al menos algunas de sus partes, pero pagan por el derecho a utilizar la totalidad de ellas. Pagamos por una licencia de Office, por ejemplo, de la que acabamos usando escasamente un 5% de sus capacidades. Esta estrategia, como bien sabemos, fue utilizada por Microsoft para desplazar competidores que estaban alcanzando una posición importante en determinados productos, como navegadores, software de compresión de archivos o reproductores multimedia, y se podía prever su uso en un tiempo relativamente breve para amenazar el dominio, por ejemplo, de Google en el mercado de buscadores. La respuesta de Microsoft es, por otro lado, evidente: cuando deciden incluir una nueva prestación en el lote, lo hacen porque dicha prestación se ha convertido en algo que los usuarios precisan, y que el sistema operativo debe por tanto ofrecerles. No permitir a Microsoft hacer algo así daña las posibilidades de innovación, y pone al usuario en la posición de tener que integrar herramientas en lugar de permitir que el sistema operativo lo haga todo por él. La posición es, como mínimo, muy discutible: hasta ahora, lo más innovador ha venido de mercados abiertos con muchos competidores pugnando entre ellos, no de mercados regulados por un actor determinado que decide las prestaciones que debe tener un producto. Es la comoditización extrema del sistema operativo: tengo un dominio en el sistema operativo, y todo aquello que los usuarios hagan, debe ser incluido y considerado parte del mismo. La base de la pirámide, la capa que se sitúa entre el puro hardware y las aplicaciones del usuario, crece desmedidamente e invade el mercado de los demás. Cuando llegó Microsoft, parte de su gran acierto fue ser capaz de acercar la informática a un usuario que, hasta el momento, necesitaba tener un importante bagaje de conocimientos técnicos para llevar a cabo tareas relativamente sencillas. Lo que Mario Monti discute ahora no es ese concreto mérito de Microsoft: es, más bien, como decidió evolucionar a partir de la posición dominante conseguida gracias a aquella idea feliz.
Enrique, como no se como localizarte de otra forma, te envío un link que te puede resultar interesante (aunque imagino que ya lo debes de conocer) http://www.e-global.es/
Saludos,
A.
Vaya… y yo que creía que era de las personas más fáciles de localizar del mundo… en fin, voy a poner un link debajo de «El Autor» que ponga «Contacto» y que haga aparecer dirección, teléfonos, e-mail, etc.
Estoy harto del monopolio de Microsofth…es intolerable que todos los equipos vengan con el so ya preinstalado…debería de ser una opción…¿qué podemos hacer?…nada me temo, jodernos.