Leo en la Bitácora de Salvador Aragón (que por cierto, ha cambiado de dirección y de tecnología, ahora está con TypePad) un comentario muy interesante sobre un estudio hecho por un profesor de Harvard y otro de la University of North Carolina at Chapel Hill en el que se demuestra que el impacto de las descargas P2P sobre la venta de discos no es estadísticamente significativo. Es decir, que da igual, que la gente se baja música que no iba a comprar, o que no podía conseguir de otra manera, pero sigue comprando música. Como he comentado en la bitácora de Salvador, creo que el resultado es fruto de un trabajo académico impecable, aunque dudo de su extrapolación entre el público USA y el de otros países, como España, en los que los condicionantes sociales afectan a la actividad de piratería de una manera un poco más determinante. También dudo que el efecto sea el mismo ahora que cuando se hizo trabajo de campo que dio lugar al estudio, entre Noviembre y Diciembre de 2002. Desde entonces, la industria se ha estado dedicando a perseguir de manera absurda a sus propios usuarios, provocando un rechazo que muchos sí han convertido en una causa para no comprar más discos, o hasta para considerar obsoleto el propio acto de ir a una tienda de discos y salir con un CD en la mano. Por último, es preciso tener en cuenta, aunque en España aún no haya madurado lo suficiente, el efecto de las nuevas ofertas de música legales (iTunes, eMusic, Rhapsody, o incluso la reciente incorporación de Wal-Mart) ofreciendo un tipo de servicio que la obsoleta industria del disco no era capaz de ofrecer. Sobre el mismo estudio, hoy aparece también un comentario en El Navegante.