Me pregunta Marimar Jiménez, de Cinco Días, mi opinión sobre el nuevo Office System de Microsoft… Os cuento como lo veo yo:
1- La nueva versión de Office tiene, por un lado, las funcionalidades de la anterior, mejoradas de manera incremental. Cada uno de los elementos clásicos se diferencia levemente de las versiones anteriores en una combinación de aspectos que apelan, fundamentalmente, al usuario sofisticado, pero son visibles para el usuario convencional.
2- Bundling: el poder del lote. Al ir añadiendo funciones adicionales, todo usuario se encuentra interesado por alguna de las partes del lote, pero paga por la totalidad.
3- Versionado: la misma aplicación añade diferentes funciones para seis distintos grupos de usuarios (básica, estudiante-profesor, estándar, pymes, professional y professional enterprise), con lo cual se consigue el efecto de discriminación de precios, aprovechando así mejor la curva de la demanda.
4- Las funciones añadidas son cruciales, pues se basan en el poder de las economías o externalidades de red. Se trata de funciones de uso colaborativo o a través de Internet (la toma de apuntes con OneNote, un gestor de información como InfoPath, mensajería instantánea integrada con Live Communications…) Una vez que un cierto grupo de usuarios empieza a utilizarlas, el valor de cada usuario añadido a la red incrementa el valor de la misma de manera exponencial… el resultado: el programa se convierte en un estándar rápidamente. No importa que vivas feliz con la versión anterior, ni que estés completamente convencido de que no necesitas la nueva… en breve plazo, otros, el poder de la Red, te habrán obligado a usarla.
5- Velocidad: la llegada rápida al mercado es importantísima: si llegas antes, educas a los usuarios en el uso de tu programa, construyendo barreras de salida. Una vez que se vislumbran las opciones añadidas, otros competidores podrían salir con funciones parecidas, pero el que da primero, da dos veces. Como en las versiones anteriores, Microsoft acabará gastando más en atender las llamadas de sus usuarios con problemas que en desarrollar el producto, pero eso no es lo importante… lo importante es llegar rápido.
¿Con respecto a StarOffice? Básicamente, el problema es el de estar al otro lado. StarOffice es un programa de ofimática, Microsoft Office System no lo es. Es un entorno completo, envolvente, que no pretende dar herramientas, sino ser “el lugar de trabajo”. Mientras StarOffice añade usuarios linealmente, Office System los añade exponencialmente, porque cada usuario añadido se añade en realidad a una red que le da valor cuantas más personas hay en ella. En StarOffice esas ventajas juegan precisamente en su contra: empezar a utilizarla implica quedarte aislado con respecto al 97% del mundo, y causar problemas a todos aquellos con los que pretendes intercambiar información. Poco importa que el realmente incompatible sea Microsoft ni que los formatos de StarOffice sean más abiertos y eficientes… el tamaño, la escala, la red es lo que importa. El usuario de StarOffice lo es, normalmente, por un proceso de rebeldía, pero para mantenerse como rebelde necesita aislarse de tantas cosas incluidas en el lote de Microsoft que ese pretendido “camino de rebeldía”, se vuelve un “vía crucis”. Es preciso ser MUY rebelde para resistirse.
¿Problemas? Los derivados del monocultivo. Una vez más, tendremos un producto que acaparará el 97% del mercado. Mucho más atractivo para los creadores de virus y los descubridores de vulnerabilidades. Aunque hayan testado el producto más de seiscientos mil probadores, el poderío de la imaginación individual y colaborativa de los hackers es brutal. Aparecerán orificios, y los sufriremos todos pacientemente… mal de muchos…
¡Larga vida a mi viejo y querido Office 97! Despúes de tí, todo fué involución (y product life extension. Eso, extensión: 2000, 2002…etc) Palabra a desterrar: «Actualizate»