Hoy he estado dándole vueltas a un concepto curioso: las «tecnologías suicidas». La cosa viene de pensar, por ejemplo, en casos como el de Sony, trabajando en el desarrollo de un producto como la grabadora de CDs, mientras era la poseedora de una de las compañías discográficas más grandes y exitosas del mundo. O, sin irnos tan lejos, en la cara sonriente del propietario de la tienda de fotografía de la esquina mientras me vendía una cámara digital, que significaba que muy posiblemente nunca más volveré a su tienda a pagar por un revelado. Los revelados suponen en torno a un 70-80% de los ingresos de una tienda de fotografía tradicional, pero para mi hija de ocho años, las fotos simplemente no se revelan… son algo que de manera natural se toma, puede verse inmediatamente, y finalmente se visualiza en pantalla o se imprime. ¿Qué tipo de cosas pasa por la cabeza de quien, conociendo su negocio, toma ese tipo de decisiones? ¿Son acaso descerebrados que no se dan cuenta de los potenciales efectos dañinos de esas terribles tecnologías?
La respuesta pude tener su truco. De entrada, no es lo mismo una empresa como pueda ser Sony que el caso de la tienda de la esquina. En Sony, la presión por los resultados de cada una de sus divisiones, que diseñan y fabrican artículos sumamente diferentes, provoca una situación de competencia y de falta de alineamiento estratégico: el director de la división de informática de consumo, por ejemplo, se encuentra con la posibilidad de sacar al mercado un producto revolucionario, que proporciona algo tan impensable entonces como un almacén de 650 Mb. que puede transportarse en un bolsillo, y representa para él un producto «blockbuster», una estrella a la que hay que mimar, porque puede tener un enorme impacto en su cuenta de resultados. El de la división de música, muy posiblemente, ni participa en la decisión. Pero veamos el caso de la tienda de fotografía: aquí no se trata de estrategias de ningún tipo, sino de vender un artículo con un buen margen que, si no lo vendo yo, lo venderá mi competencia. El que sale al mercado a por una cámara digital no se vuelve sin ella. Por tanto, se trata de un tema de oportunidad, de aprovechar un nicho de mercado que aparece, aunque en el futuro pueda significar un cambio tan fuerte en mi negocio que me deje fuera de él. ¿Podría ser que también en Sony exista un condicionante similar? ¿Algo así como «si yo no comercializo la grabadora de CDs, alguien vendrá y lo hará por mí, con lo cual el efecto pernicioso acabará siendo el mismo»? Puede ser…
Moraleja: la tecnología no puede ser ignorada. Podemos jugar a no apostar por ella una temporada, aunque eso puede generar la pérdida de ventajas de pionero que podrían haber resultado espectaculares de haberse aplicado bien, pero no podemos simplemente obviarla. Si obviamos la tecnología, simeplemente estaremos perdiendo la oportunidad de beneficiarnos de ella como adelantados, y esperando a que alguien nos de en la cabeza con ella. No nos canibalizaremos, de acuerdo, pero a cambio estaremos abriendo la puerta a alguien que vendrá y nos pegará un mordisco.
Coincido con vosotros, con la salvedad de que, en mi opinion, en las empresas no se plantean el que pueda venir un tercero y comercialice algo, sino simplemente la comunicación es muy baja, y cuando Sony desarrolla el grabador de CD, no se plantea que tiene otra división que vive del copyright de la música. Al final, el mundo no es ni blanco ni negro, sino de múltiples grises, y realmente a veces es una estrategia pensada y otras, simplemente, es fruto de descuidos, falta de comunicación, etc.
Totalmente de acuerdo Enrique, el avance tecnológico hace que las empresas tengan que adaptarse a su nuevo ambiente o (en algunos casos) dejar de existir. En el ejemplo que citas, la tienda de fotografía al menos tiene la venta de cámaras fotográficas como vía alterna de venta, sin embargo una compañía como Kodak o Fuji, especializadas en la venta de film, estoy seguro que tiene los días contados. Con la masificación de la tecnología digital para el procesamiento de imágenes, el film en muy corto plazo dejará de usarse. Este fenómeno no es nuevo, son varias las compañías que han muerto por no poder asumir los retos que representa una nueva tecnología, como ejemplo puedo citar a la compañía Brother, la cual se especializaba en la fabricación de máquinas de escribir. En conclusión, o Kodak y Fuji potencian su división de CD’s vírgenes, o se meten en el negocio de las memorias de las cámaras digitales (sustituto del film) o salen del mercado. Saludos Enrique