La próxima llegada a la Casa Blanca de Donald Trump y el desembarco de la asombrosa troupe que ha designado para los puestos más importantes de la administración (un antivacunas en Sanidad, un delincuente en Justicia, un petrolero en Energía, una organizadora de peleas en Educación, etc… ¿qué podría salir mal?) está alimentando numerosas especulaciones sobre el futuro que espera a las compañías tecnológicas.
En primer lugar, deberíamos ser muy cautos con respecto al criterio que pueda tener un anciano senil e incapaz de leer un texto largo, y esperar que, como aventura una viñeta, la mayor parte del peso de las decisiones lo lleven sus asesores, que no están ahí precisamente por su ideología, sino por sus intereses económicos.
Esto ...