La mayor crisis de la democracia en toda su historia

IMAGE: SVG Silh (CC0)Con las midterms norteamericanas a punto de consumarse y etiquetadas como cruciales, el Departamento de Justicia norteamericano acusa a Rusia de interferir en su proceso electoral a través del llamado Project Lakhta, consistente en la creación de miles de cuentas de correo electrónico y perfiles falsos en redes sociales que ocultaban su identidad utilizando VPNs, y pretendían ser activistas norteamericanos que generaban contenido en un amplio rango de temas destinados a generar división, tales como el control de las armas, las relaciones raciales o la inmigración. Las mismas tácticas (o parecidas) que llevaron a la Casa Blanca a Donald Trump, que en estas elecciones vuelve a ser el mayor anunciante en Facebook, siguen ejecutándose con muy leves variaciones.

Mientras, en Brasil, la desinformación se extiende sin freno a través de WhatsApp, una herramienta que utilizan constantemente 120 millones de brasileños, y la compañía afirma que tomará acciones legales contra quienes la utilicen para campañas de spam y desinformación electoral. Según las investigaciones preliminares, todo indica que el candidato ultraderechista Jair Bolsonaro ha tomado a Donald Trump como modelo y, en una campaña repleta de acusaciones de financiación ilegal, ha pagado a través de diferentes compañías a múltiples agencias de social media para enviar cientos de millones de mensajes con desinformación, rumores y noticias falsas a los smartphones de ciudadanos brasileños atacando a su oponente, Fernando Haddad.

En un estudio reciente sobre cien mil imágenes difundidas a través de WhatsApp durante la campaña electoral, más de la mitad contenían información falsa o manipulada. La campaña de WhatsApp llevada a cabo por Bolsonaro podría suponer hasta tres infracciones de la ley electoral brasileña, por implicar a compañías , que tienen prohibido realizar donaciones políticas, en la financiación de la operación, porque cualquier gasto electoral debe estar convenientemente registrado con los reguladores, y porque la compra masiva de listados de números de teléfono para distribuir mensajes es ilegal. Si se llega a demostrar que Bolsonaro se benefició de la masiva campaña, su candidatura podría ser cancelada, o en caso de haber sido ya elegido, podría ser destituido de la presidencia, pero existe un marcado escepticismo sobre las posibilidades de actuación de una legislación electoral que tiende a actuar de manera limitada y, habitualmente, muy tarde.

Las elecciones norteamericanas y brasileñas no son más que los últimos ejemplos de la que es, sin duda, la mayor crisis de la democracia en toda su historia: el uso de una herramienta tecnológica, las redes sociales y su capacidad para el micro-targeting, para manipular a los votantes mediante mensajes inflamatorios y noticias falsas. Toda campaña electoral consiste en tratar de convencer a los votantes para que dirijan su voto hacia una opción determinada, pero los elementos utilizados para ello tienen que estar dentro de unos límites razonables, y sobre todo, no incluir interferencias de países extranjeros o actividades directamente ilegales que vulneran la legislación electoral. En campaña valen muchas cosas, pero no puede valer todo, y no está en absoluto claro que las acciones de Facebook en su nueva war room estén realmente sirviendo de algo para detener esos procesos de manipulación.

La situación es completamente excepcional, y enormemente preocupante en cuanto a su trascendencia por lo que supone de amenaza a la forma de gobierno de la mayoría de los países occidentales. Es sin duda algo que nos vamos a encontrar, repetido con escasas variaciones, en todo proceso electoral que venga a partir de ahora, en cada país, hasta poner a la democracia bajo una sombra de permanente sospecha. Es el momento de entender que situaciones excepcionales reclaman medidas excepcionales. Medidas que es temerario limitar únicamente a las soluciones que puedan proponer las propias compañías tecnológicas y de redes sociales, y que tienen necesariamente que incluir el dotar de dientes a la legislación electoral, la exclusión sumaria de todo candidato que recurra a este tipo de armas, y el control minucioso de la influencia extranjera en los procesos. La legislación electoral, sencillamente, ha demostrado no estar a la altura del escenario tecnológico actual, y resulta imprescindible lograr que pueda estarlo lo antes posible. ¿Está la democracia preparada para responder a un problema así, que cuestiona su propia esencia y naturaleza? Hasta el momento, no lo ha estado. Y las consecuencias están siendo gravísimas.

 

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “Why social networks are the gravest threat to democracy in its history» 

 

29 comentarios

  • #001
    Gorki - 20 octubre 2018 - 17:52

    “Toda campaña electoral consiste en tratar de convencer a los votantes para que dirijan su voto hacia una opción determinada, pero los elementos utilizados para ello tienen que estar dentro de unos límites razonables, y sobre todo, no incluir interferencias de países extranjeros o actividades directamente ilegales que vulneran la legislación electoral. “

    No debemos confundir las buenas intenciones, con la realidad. Los países extranjeros han tratado de influir de una forma u otra en las elecciones en otros países desde los tiempos de Maricastaña.

    A nadie le escandalizo en exceso los “convolutos” de 150 millones de pesetas entregados por la Embajada Alemana a Felipe Gonzalez al comienzo de la Transición, tampoco a nadie ha escandalizado en exceso, las entregas que Venezuela ha hecho a los fundadores de Podemos. Son cosas que pasan y que cuando salen a la luz, los contrarios, como es lógico, las airean con fuerza, aun teniendo a seguridad, que todos los partidos tienen y han tenido obscuras financiaciones procedentes de diversos obscuros orígenes.

    Pero ahí están para su uso nuevos canales de comunicación. Whats App, Facebook, Twitter, Instagram, incluso Yutube, canales que se unen a los tradicionales de Periódicos, Radio, Televisión, Afiches callejeros, anuncios en autobús urbanos, e incluso carteles fijados a las farolas. Todos, nuevos y tradicionales , esperando como el «maná», una fracción de los inmensos gastos de las campañas publicitarias de los partidos.

    Pero ocurre algo curioso, los nuevos canales. solo son utilizados por la ”Facción Oscura” de las elecciones, los nacionalistas extremos, los partidarios de la ruptura de las alianzas tradicionales y formación de otras nuevas, los regionalistas ultranza, ….

    Sin embargo, la “Facción de la Luz”, los de toda la vida, los liberales y los suavemente socializtas, los partidarios de la libre empresa que de beneficios , y los de las empresas públicas que socializan las pérdidas …. en unas palabras, “la gente de bien”, no se sabe por qué motivo, no utilizan Whats App. Twitter o Facebook, para dar a conocer sus ideas y ridiculizar las del contrario

    Y uno se pregunta ¿Por qué?- ¿Por qué Bolsonaro sabe utilizar tan eficazmente Whats App y su oponente, Fernando Haddad, hombre curtido en cientos de batallas dentro de la corrupción brasileña sabe hacer algo parecido? ¿Porque Trump, utilizo, (con ayuda de los rusos), tan maravillosamente Facebook, mientras que sus oponente Clinton, que tantos contactos tenia dentro y fuera de USA no supo utilizar esos medios?

    Solo pineso en una explicación que da la Biblia “Ved cómo los hijos de este siglo son más sagaces que los hijos de la luz (Lc 16, 8) .

    • Raúl Kidd - 20 octubre 2018 - 20:15

      ¡Bien dicho!

    • Luis - 21 octubre 2018 - 11:27

      Excelente.

    • LuisPedro - 22 octubre 2018 - 14:43

      Es decir, nos olvidamos del objeto del debate y lo destruimos con el maniqueo otros también lo hicieron, o en una realidad que se pinta irreformable o en la absurda e ignorante creencia de que los mios son todos buenos y los otros todos malos. La «culpa» será de quien sea pero el marrón nos lo hemos de comer, una vez más, nosotros, No creo que sea tan difícil ver quienes se benefician tanto del objeto planteado como de estas divisiones entre nosotros, los que se llevan el dinero y/o el poder.

  • #005
    Angel el malo - 20 octubre 2018 - 18:11

    Sr. Felix

    No nos engañe, los convolutos fueron una maniobra de Siemens que huntó al psoe y al embajador…

    https://elpais.com/diario/1993/01/31/espana/728434816_850215.html

    Por cierto muy buena persona ese emabajador…

    Siempre que hay corrupción hay una empresa privada empujando, ya sabe el chiste de la vaca que rie…

    • Gorki - 20 octubre 2018 - 19:03

      Yo no engaño a nadie, Los «convolutos» no es un invento mio, sino una explicación del embajador de Alemania (Occidental) en Madrid.

      «Pero su gestión como embajador quedó en entredicho al verse involucrado en vanos casos sobre los que flotaba el tufo de la corrupción: desde el intento de traslado del Colegio Alemán en Madrid, hasta el pago de comisiones por la concesión del AVE. Brunner se jactaba de no ser «un embajador para tomar el té», y en privado no vacilaba en afirmar: «Yo, lo único que hice fue quitarle a Mitterrand y conseguir para Alemania la mitad del negocio del AVE».

      https://elpais.com/diario/1997/12/03/agenda/881103601_850215.html

      Tampoco me escandalizo en exceso. Es mas, me alegro que el Gobierno Socialista de Alemania Occidental en aquel momento, «amparara» al PSOE de Felipe Gonzalez , pues ello fue muy conveniente para poder realizar una Transición más equilibrada entre los partidos de derechas y izquierdas en España

      El ejemplo le he traído a colación, es solo para demostrar que es normal, que un gobierno de un Estado, haga todo lo que está en su poder, para ayudar a los candidatos de otro país con los que más o menos comulga.

      Llamarse a escándalo, porque los rusos hayan apoyado a Trump, me parece del todo maniqueo. Si yo fuera Putin, preferiría tener el frente de USA un perfecto imbécil, como Trump, que una señora controlada por el Aparato Democrata como Clinton. Y si en mi mano estuviera, intentaría colocar otro imbécil al frente de China.

  • #007
    Justo Fernandez - 20 octubre 2018 - 19:45

    Felix

    No se haga sangre. Llo único que hizo Bruno fue el egipcio. Con una mano recibía dinero de Siemens y con la otra hacía un Deutschland first… Por muy SPD, o CDU, lo único que les interesaba el % de la gestión. Aunque quede muy bonito decir que le quitara el negocio al chocho de Miterrand. Que por aquella ya empezaban a estar en horas bajas…. Y al pco se suicidó su amigo Pierre, por llevarse un millón de francos, que época… Que los corruptos se quitaban de enmedio ellos solitos, cual Blesa,…

    Algo debería de aprender Casado y compañía, que lo único que se les ocurre es ir a babear a Bruselas, …

    • Gorki - 20 octubre 2018 - 20:57

      Como no estuve presente, desconozco que postura marcó exactamente Bruno en la intimidad de la Embajada de Alemania. Me asombra que hay ya tanta gente que sepa de primera mano lo que ocurri, pensé que ese tipo de negocios se realizan sin público presente.

      Lo que afirmo, es que el apoyo de un candidato a unas elecciones de un país por parte de un gobierno extranjero, es algo tan común, que asombra que nadie se escandalice de ello, salvo que el sujeto escandalizado, ya esté predispuesto a ello, porque el candidato apoyado no es precisamente su candidato al puesto.

      Si nos enteramos que los Chinos han apoyado a Clinton, ¿Nos habría parecido mal?

  • #009
    Xaquin - 20 octubre 2018 - 20:42

    Hay un método muy fácil para dejar los medios ultratecnológicos de comunicación en manos de la derecha (y sobre todo extrema). Ir diciendo «por ahí», con el pecho hinchado, que hay mucha mierda en las redes sociales. ¡Y tan panchos!

    • Gorki - 20 octubre 2018 - 21:04

      Sólo nos falta encontrar un método fácil para dejar los medios ultratecnológicos de comunicación en manos de la izquierda (y sobre todo extrema).

      No entiendo porqué un medio de comunicación ultratecnológico, puede ser fácilmente utilizado por una parte del espectro político y no por la otra.

      • Eduardo - 21 octubre 2018 - 22:22

        Yo soy brasileño, y la izquierda en Brasil lleva 16 años en el poder. Han protagonizado los mayores escándalos de corrupción del país, llevando a su líder, Lula, a la cárcel, después de transformarse de forma totalmente ilícita en millonario (él y a su familia- su hijo limpiaba mierda de animales en un zoo y con 4 años de su padre en el gobierno ya era el mayor criador de ganado de Brasil, con aviones particulares, una isla, etc.) Estos 16 años en el poder llevaron al país a una de las mayores tasas de desempleo de todos los tiempos (+ de 12 millones de desempleados) y nosotros, la población indignada, empezamos a promocionar al candidato de la oposición, Jair Bolsonaro (uno de los pocos políticos de Brasil que nunca fueron acusados de corrupción), de manera voluntaria y gratuita, a través de WhatsApp y redes sociales. A la izquierda, lo primero que se les ocurrió fue intentar censurar WhatsApp y prohibir cualquier manifestación política a través de esta plataforma. Y lo hicieron por total desesperación, ya que no hace falta inventar mentiras al respecto. Con que propaguemos la realidad ya es suficiente para generarles la desesperación por la posibilidad de perder el poder. Quieren acabar con la libertad de prensa, como ha hecho Maduro, al que admiran. El WhatsApp esta disponible para ambos lados, pero como la población se ha despertado, no les está funcionando publicar mentiras sobre Bolsonaro ni promocionarse a sí mismos, ya que no tienen nada positivo que decir. Solo les queda intentar acabar con la libertad de expresión e imponer la censura.

  • #012
    Javier - 20 octubre 2018 - 20:51

    Enésimo artículo, estimado Enrique, sobre las fake news y la supuesta manipulación de la gente para votar algo que no sea la izquierda. Espero paciente un artículo tuyo sobre lo repugnante y asqueroso que supone en España encender el televisor y ponerte a ver la Sexta. Lo de Trump y los rusos me parece una broma comparado con lo que hacen todos los días y a todas horas los Ferreras, Evole, Mendizábal, Wyoming, Elisa Beni, Nachito Escolar (o Preescolar) o Antoñito Maestre etc

    • joan martí gabaldón - 21 octubre 2018 - 11:46

      Por Dios, te sobre tanta ideología como te falta objetividad. Ya que pongas como ejemplo de desinformación a la Sexta, para un espectador medio resulta sonrojante (sobre todo si ve cada semana la sexta noche, por ejemplo, con los bolcheviques Marhuenda e Inda en plan estelar) y me hace preguntarme si realmente sintonizas la tele española o se te va el dial a otro país. Pero cuando además disvaloras a Elisa Beni, Évole o Escolar, tal vez lo más decente y objetivo que hay en en la cartelera mediática nacional, me da que pensar si tal vez eres un botnet de esos que se denuncian en el post o un troll diletante, frívolamente divertido. No sé, no sé.

      • Javier - 21 octubre 2018 - 17:07

        Claro, claro, objetividad es lo que te sobra a ti jajajajaja

        • Anonimo - 22 octubre 2018 - 12:53

          Sencillamente, si no eres capaz de reconocer en Évole e Ignacio Escolar la decencia y la excelencia en su trabajo periodístico (muy reconocida internacional mente), es que estás muy mal informado y has perdido o tienes intoxicada tu capacidad crítica.

  • #016
    Krigan - 20 octubre 2018 - 23:26

    Eso de que un gobierno trate de influir sobre quién gobierna en otro país es algo que han hecho todos desde la más remota Antigüedad. Sí, romanos y persas (por citar solo 2 ejemplos) también lo hacían. A tal fin se ha usado en abundancia la guerra, la amenaza de guerra, el dinero, la subversión, y la propaganda. También la propaganda basada en los medios tecnológicos más avanzados de cada época (la Voz de América, por ejemplo).

    Las redes sociales y el guasap, ¿serán más eficaces de lo que en su día fueron las imprentas de panfletos, la radio, y las cintas VHS? Lo dudo mucho. Vivimos rodeados de propaganda por todos lados (no solo la política) y estamos parcialmente inmunizados.

    Trump no salió elegido porque los rusos le echasen una mano en Facebook, salió elegido porque la ley electoral gringa, como tantas otras, le dio la victoria al que menos votos sacó. Este dato deja muy en entredicho el gran poder que a menudo se le presupone a la propaganda.

    • Gorki - 21 octubre 2018 - 11:26

      Casi totalmente de acuerdo contigo, todos estamos expuestos a propaganda política de todos los colores y en función de lo eficaz que sea esa propaganda, (y de nuestras propias convicciones políticas), votamos.»libremente»..

      En lo que no estoy de acuerdo es que las correcciones al valor de un hombre/un voto, que prácticamente aplican todas las democracias sean malas.

      Parece razonable que un señor de una región deprimida económica y poco poblada o que represente una corriente política muy minoritaria, tenga mas peso específico que otros señores que pertenece a grupos mas extensos de la población. El sistema USA tiene sus ponderaciones y el español la Ley de Hont y en todos los países de una forma u otra, pasa lo mismo.

      Todos sabemos que en España un voto de un señor de Soria tiene mucho más peso específico que el de uno de Madrid y no nos parece mal. Pues en USA los mismo, el voto de un señor del Medio Oeste vale mas que el de Los Angeles.. Trump gano las elecciones dentro de un sistema, que ya existía antes de que se presentara a presidente. No es ue se confeccionara a su medida.

      Discutir la validez de su elección por el hecho de que su número total de votos fuera menor , no es de recibo, fueron votos con mayor peso específico y superaron a Clinton que sólo se preocupó por recolectar votos de las grandes ciudades. El mapa de los lugares donde salio elegido Trump por encima de Clinton es demoledor.
      https://www.elconfidencial.com/mundo/2016-11-09/resultados-elecciones-estados-unidos-victoria-clinton-trump_1286702/

      • Krigan - 21 octubre 2018 - 12:15

        A mí sí me parece mal. Se supone que la democracia es el gobierno de la mayoría, no el gobierno de los territorios con menos población. En Sudáfrica, en tiempos del apartheid, el voto de un blanco valía mucho más que el de un mulato o un indio (los negros ni siquiera tenían representación en el parlamento). Tan arbitrario es que se haga por criterios étnicos como que se haga según el lugar de residencia. Todos los votos deberían valer lo mismo.

        • Raúl Kidd - 21 octubre 2018 - 12:28

          Si se saca al Estado de California ( en el que Hillary ganó por 4.5 millones de votos) , Trump entonces tuvo una ventaja de 1.6 millones de votos en los demás 49 Estados.
          Quizá es que yo soy muy localista pero yo prefiero un sistema así a dejar que 3 o 4 regiones decidan todo.

          • Krigan - 21 octubre 2018 - 22:50

            Y si se saca cualquiera de los estados en los que ganó Trump, entonces la ventaja de Clinton es todavía mayor.

            Sigo sin ver por qué discriminar por lugar de residencia es mejor que, por ejemplo, discriminar por raza. Tan arbitrario es lo uno como lo otro. Los habitantes de una región no deberían ser discriminados por el simple hecho de que esa región tiene mucha población.

        • Gorki - 21 octubre 2018 - 12:49

          Democracia no es que manden las mayorías, eso puede ocurrir tambien en las dictaduras, sino que mandando la mayoría, se respete a las minorías.

          Una forma de conseguirlo es que las minorías tengan mayor peso específico en la política. El problema esta en encontrar el proporción justa, algo siempre discutible.

          De todas formas, el mismo sistema de votos, había permitido antes salir a Obama, negro y procedente de las periféricas islas de Hawai, durante dos legislaturas, y con seguridad hubiera sacado otra mas, si las leyes que permitieron su ascenso no limitran la permanencia en el poder.

          Yo siempre considero, más que el triunfo de Trump,. el inmenso fracaso de su oponente, Hilary Clinton , que desconecto con «la calle» a un nivel, que nadie que pretenda ser lider puede permitirse. La gente no votó a Trump, votaron en contra de Clinton y del «establishment»

          • Krigan - 21 octubre 2018 - 23:08

            Un dictador puede tener o no el apoyo de la mayoría, eso es accidental. En una democracia (sin «correcciones» en la ley electoral) quien gobierna es siempre el que ha elegido la mayoría.

            El clero es una minoría, la nobleza es otra minoría. ¿Hacemos que sus votos valgan más? El territorio es un criterio tan arbitrario como cualquier otro.

            De acuerdo en que muchos de los votantes de Trump lo que hicieron fue votar contra el establishment. ¿Y? Sigue siendo cierto que la mayoría de los votantes prefirieron a Clinton.

  • #023
    Matt - 21 octubre 2018 - 01:12

    Tampoco creo que las mentiras que se difundan en Whatsapp y Facebook en Estados Unidos y Brasil sea muy diferente de lo que aquí podemos leer a diario en el ABC, en OkDiario o uno de esos panfletos acabados en «digital» que tanto proliferan.

    • Javier - 21 octubre 2018 - 17:08

      Vaya hombre, los comunity managers podemitas ahora intentando colonizar el blog de Enrique Dans

      • Matt - 21 octubre 2018 - 17:59

        Tu fanatismo resulta muy gracioso.

      • Regys - 25 octubre 2018 - 09:45

        Metástasis progremita everywhere.

        En breve ni con quimio ni leches, al hoyo.

  • #027
    Cristina - 21 octubre 2018 - 02:24

    Ya no sé definir la democracia, sin puntualizar que hay grados y transiciones. Si no fuera por la prensa que se puede permitir, ser mås realista, no podríamos contrastar posiciones. Me encanta leer a las diferentes opciones y posturas para comprobar que irremediablemente, no superamos la dualidad de los contrarios. ¿Hay democracia cuando no hay presencia militar visible? ¿Hay democracia cuando ejerzo mi derecho al voto sin tener la opcion de un sistema informado y transparente? O hay democracia cuando voto y sé que existe un alto índice de posibilidades de que el resultado sea manipulado? Brasil, puede hacer efectiva una sentencia, pues los tribunales sí ejecutan veredictos. Era impensable que Lula pudiera ser candidato. Con una condena de corrupcion y lavado de dinero. Entiendo a la justicia Brasileña dentro de contexto latinoamericano, como la cuarta en nivel de independencia, que conserva la idea de separación de poderes versus la politizacion de los poderes. No obstante sigue sin haber la percepcion de representación legitima. Sin duda es un avance incorporar criterios como justicia participativa y justicia comunitaria. Este concepto es primo de sociedad civil cuando no se ve representada y genera presiön. Llevado al extremo, genera movimientos sociales incluso armados. Mayor o menor participación estatal definen independencia judicial. En Brasil la presión social se hace oir, entiendo que en Estados Unidos también..

  • #028
    Marcelo - 21 octubre 2018 - 11:33

    La mítica democracia griega era muy muy parecida a lo de ahora, pero con menos gente y sin electricidad. 2500 años después seguimos más o menos igual.

  • #029
    joan martí gabaldón - 21 octubre 2018 - 11:33

    Difícil solución, o mejor decir imposible. Son las servidumbres del sistema de tecnoinformación y redes sociales; uno de sus contras. Aunque lo que sucede, en esencia, es que se está sustituyendo la manipulación y desinformación clásica de los medios de comunicación tradicionales (véase la brillante acotación de Harari en 21 Lecciones para el Siglo XXI, p. 31, citando el aforismo de Lincoln «puedes engañar a toda la gente en algún momento…») por los muros, posts y chats que son de acceso universal. La solución técnica de controlar esa marea a cargo de las empresas gestoras del FB, whatsapp, etc., resulta de mucha dificultad, algoritmo arriba algoritmo abajo, subsistiendo además el problema de y quién las controla a ellas.

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