Esta mañana me llamaron de Radio Nacional para comentar con Alfredo Menéndez una de las noticias importantes del día, la entrega del premio Sájarov del Parlamento Europeo al escritor, disidente y activista saudí Raif Badawi.
La historia de Raif Badawi ha sido ya comentada en un gran número de sitios: tras la puesta en marcha y mantenimiento de la página Free Saudi Liberals, fue detenido en el año 2012 por «insultar al Islam a través de canales electrónicos» y llevado a juicio por varios cargos que incluían la apostasía, y sentenciado a siete años de cárcel y seiscientos latigazos, pena que posteriormente fue incrementada hasta los diez años, mil latigazos y una multa. Tras la administración de los primeros cincuenta latigazos, el resto de la pena ha sido pospuesta en doce ocasiones debido a su delicado estado de salud.
Lo importante de la historia de Raif Badawi no es que sea un blogger, sino su condición de escritor, disidente y activista. Que utilice un blog para difundir sus ideas y sus escritos es, en este caso, lo de menos. Badawi se encuentra en la tesitura de cuestionar seriamente la mismísima esencia del régimen saudí, una monarquía que no solo no respeta en modo alguno los derechos humanos, sino que denigra además cuestiones tan centrales para una sociedad civilizada como la condición de la mujer, o libertades individuales tan básicas como las de expresión, culto o pensamiento. Hablamos, sencillamente, de un régimen sin civilizar al que se le tolera todo sin marginarlo internacionalmente debido a su condición de productor petrolífero y al hecho de poder disponer de todo aquello que el dinero puede comprar. El régimen saudí se enfrenta a a una apertura progresiva a medida que se suceden las generaciones de reyes en el tronco familiar, y también a medida que se preparan para un futuro sin petróleo, bien por el agotamiento natural de sus yacimientos o por el desarrollo de energías alternativas que condiciones una demanda menor y un descenso de los precios en los mercados. A medida que el país se prepara, como ya llevan tiempo haciendo otros emiratos del golfo pérsico, para un futuro en torno al turismo y a otras fuentes de ingresos alternativas, la apertura del régimen es algo completamente inevitable.
La importancia de Raif Badawi está precisamente ahí, en su capacidad de señalar lo que es para muchos una colección de hechos obvios, pero que no está permitido señalar. El hecho de que utilice un blog se debe simplemente a que es una manera sencilla y eficiente de crear una página web, pero como magistralmente dijo Hernán Casciari en su conferencia de clausura del EBE 2008, es tan «bloguero» como podríamos calificar a un peridista de hace años como un «boligrafero» o «maquinadeescribidor». Ser blogger no es una condición, ni una religión, ni una enfermedad, ni siquiera una identidad o una tendencia. El blog es solo la herramienta, lo importante está en sus ideas, no en el canal que utilice para expresarlas.
Además de servirnos para evocar la enorme importancia del activismo, Raif Badawi debe servirnos para reflexionar sobre la importancia de la tecnología: sin una red capaz de ofrecernos herramientas sencillas y eficientes como los blogs o las redes sociales, sus ideas, fácilmente censuradas en todos los medios clásicos bajo el control gubernamental, estarían confinadas a una circulación escasa, al ámbito de la Ciclostil o al comentario de café. En realidad, Badawi es el resultado que surge cuando combinamos el origen de la primavera árabe, en el que nos encontramos innumerables historias que tienen como protagonistas los blogs y redes sociales como Facebook o Twitter, con los deseos de continuidad de una monarquía saudí empeñada en luchar contra los tiempos. En Túnez y Egipto se encarcelaba a blogger y a usuarios de redes sociales para demandarles sus contraseñas e impedir que siguieran escribiendo. En Arabia Saudí, se encarcela y se dan latigazos para incrementar las barreras de entrada psicológicas a la disidencia. Pero la condición principal de Raif Badawi que merece ser resaltada no es la blogger, del mismo modo que no lo es la mía: él es un activista como la copa de un pino, y yo un profesor. Usamos un blog simplemente porque nos parece una buena manera de mejorar nuestro ratio de eficiencia, la cantidad de esfuerzo que necesitamos invertir para alcanzar una difusión determinada.
Los latigazos no se los dan por tener un blog, no se los darían si su blog fuese de gastronomía o de turismo. Se los dan por poner en circulación ideas que cuestionan un régimen teocrático y déspota que no admite bajo ningún concepto ningún tipo de cuestionamiento. El Parlamento Europeo no homenajea a los bloggers, sino al activismo, a la libertad de pensamiento y a la lucha de quienes intentan expresarse en un ámbito marcadamente hostil. El blog simplemente le ha proporcionado un canal para hacerlo. Nada más. Y por supuesto… nada menos.
This article is also available in English in my Medium page, “Raif Badawi: so much more than ‘a blogger’»
El canal es importante… Una parte de tu último párrafo, podría escribirse así en otro caso: «Los latigazos no se los dan por escribir en un diario, no se los darían si sus artículos fuesen de gastronomía o de turismo. Se los dan por poner en circulación ideas que cuestionan…».
La diferencia esta, entre muchas otras cosas, en que de la forma en que el lo hace no requiere infraestructura humana que lo respalde (o límite). Es un activista de una clase que no hubiera podido siquiera imaginarse hace 30 años. Tiene un blog!