La llamada «batalla de los filtros» entre Instagram, Twitter, Google y Yahoo! tiene mucho de lógica: el meteórico crecimiento y la fidelidad que los usuarios muestran ante la primera de ellas despierta la envidia de sus competidores, y ven en ella un servicio no tan complejo: después de todo, el software de retoque fotográfico posee ya una amplia tradición bajo múltiples interpretaciones, y la fenomenal Aviary hace tiempo que comercializa prestaciones similares en un kit de desarrollo preparado para su integración en otros servicios.
Pero también está mostrando muchos aspectos de falta de lógica, o de falta de estilo competitivo: en ese sentido, estoy completamente de acuerdo con este artículo de MIT Tech Review titulado «Twitter, Instagram and the internet of (disconnected) things»: cuando ves que por culpa de una razón estratégica ya no puedes hacer tranquilamente una fotografía y compartirla en una red social, o cuando alguien se pierden en medio de Australia con riesgo para su vida porque una empresa ha decidido, también por razones estratégicas, hacer incompatibles unos mapas que eran perfectamente funcionales y sustituirlos por otros que no lo son, es el momento de empezar a perder la fe en el futuro, en el progreso tecnológico, y en la estrategia como tal.
Puede parecer poco importante, pero es una cuestión de actitudes. Hay empresas que nunca plantean ese tipo de jugadas, y otras que, por el contrario, sí las hacen. Y el resultado final, independientemente de la gravedad puntual del hecho, es malo. Esto no es lo que nos habían contado. Alguien que, por culpa de un plan estratégico, genera de manera premeditada ese tipo de incomodidades a sus usuarios, merecería perder el favor de los mismos. Ofrecer tus productos en cuantos más sitios mejor es algo que entra dentro de lo razonable. Tratar de mejorar las prestaciones que ofrecen los productos de la competencia no solo es competitivamente sano, sino que además favorece el progreso. Pero restringir la compatibilidad intencionadamente entre productos que la tenían anteriormente es una mala jugada, una falta de estilo que tus clientes deberían hacerte pagar. Competir, de acuerdo. Pero cerrar lo que estaba abierto y restringir posibilidades que tus usuarios ya asumían como lógicas me parece, sencillamente, un error.
Por desgracia lo que describes ha sido utilizado ampliamente por las grandes empresas de Software, por muchos años. Ahora pretenden trasladar ese modelo oscuro y retorcido a Internet…
Tradicionalmente las empresas de software privativo han establecido estándares que impiden sistemáticamente el intercambio de información, a menos que los interlocutores tengan la misma herramienta y en la misma versión. Han utilizado esto como palanca para «fidelizar» (más bien esclavizar) a los usuarios; y asegurarse la venta de la siguiente versión de su producto de software.
Ahora vuelven a la carga pero en un sector distinto, donde la interoperatividad es la norma. Internet se basa en servicios definidos públicamente por RFC lo que molesta a estas empresas que pretenden mantener a sus clientes cautivos, sin esforzarse por brindar productos y servicios de calidad.
¡Vaya! Sólo por descubrir Aviary ha merecido la pena.
Mil gracias por tu trabajo, tocayo.
Respecto al artículo, tras ver un poco de la película «La red social», no me sorprende por parte de Facebook. Hace tiempo leí una entrada tuya en la que hablabas del libro de Julian Assange, y la lapidaria frase que tiene sobre la evolución de Internet -desde entonces la tengo en mi firma de correo de Gmail-. Esto que aquí mencionas es más de lo mismo.
A veces pienso que en breve surgirá una nueva red alternativa a Internet, promovida por gente como Assange, Berners Lee y tú mismo. Porque esto en vez de un sueño lleva visos de convertirse en una pesadilla.
Mil gracias por tu trabajo.
En esto hay un problema bastante serio que es que por primera vez Twitter ha tomado una decisión contra un competidor directo en función de la evolución del mercado.
Que Twitter haya sido superado en tráfico (que no en uso) y finalmente se haya tomado esta decisión de cerrar el acceso al API por parte de un desarrollador de confianza es un error bastante serio, ya no sólo porque los usuarios nos quedemos sin ver las fotos directamente (al menos en la web y los clientes oficiales, que son de largo las fórmulas más usadas para acceder) sino porque es un paso más hacia el cierre de unos servicios que a Twitter le cuestan mucho dinero (el conjunto de su API) y que me da en la nariz que no están siendo capaces de monetizar como debieran.
Veremos cómo acaba todo esto, pero Twitter se ha ganado un punto negativo.
Pierde cuidado, es un error y lo pagarán. Con tiempo. Aquí nadie sobrevive demasiado tiempo yendo contra el usuario.
Normalmente sólo hablamos de que nos van a romper Internet desde las «wertgonzosas» legislaciones de algunos países, pero en mi opinión, lastrar la interoperabilidad entre aplicaciones también es romper Internet.
Al final creo que la batalla de los filtros #FilterWar nos beneficia a nosotros, los clientes. Mientras ellos se pelean, el resultados es que ahora tenemos más aplicaciones y mejores…me encanta cuando las empresas luchan por mejorar sus productos…
Saludos
@erasmolopez
Está claro que los estándares son algo necesario en la informática y sobre todo en la transmisión de información, aver cuando las empresas se dan cuenta de esto y miran algo por sus usuarios en lugar de solo por el dinero.
¿El futuro tecnológico estuvo alguna vez firmemente ligado al progreso? La tecnología ha acompañado las soluciones con la creación de nuevos problemas y nuevas necesidades como estrategia para fidelizar el consumo. El usuario siempre pudo defenderse optando por las soluciones verdaderas que le confieren mayor libertad minimizando su dependencia a medio y largo plazo, pero por naturaleza somo caprichosos y no solemos optimizar nuestro consumo. No veamos un problema en la ética de los productores de tecnología. Ellos solo buscan hacer más dinero. El problema principal está en la forma irresponsable de consumir.
Es interesante observar como hace un par de semanas consideraba :
el nivel de la keynote de ayer demuestra claramente que Apple es una compañía con un arsenal de innovación impresionante cuyo nivel, además, es perfectamente capaz de mantener a pesar de haber perdido a una figura del calibre de su fundador, Steve Jobs.
Creo recordar, y si no es así pido disculpas, que algunas semanas más tarde expuso que la decisión de Apple a la hora de sustituir los mapas aunque fueran malos era obligada porque cada dia que pasaba fortalecía a su competidor.
Ahora en la ecuación de innovación, competencia y prestigio debe añadir otras variables, la seguridad y la eficacia de las condiciones de exoneracion de responsabilidad que a buen seguro incluye la aplicación de mapas ( que es gratuita). Por lo que veo de este artículo la variable de este post es la de seguridad. Apple podria alegar también, que en su carta de disculpas informó a sus clientes de como podían seguir utilizando los mapas de la competencia hasta en tanto no se consiguiera la fiabilidad de esa chapuza. Un buen puzzle
#010: Efectivamente. El error de Apple no fue desarrollar sus propios mapas… fue eliminar de su plataforma los de un competidor. El primero es un movimiento aditivo, el segundo es restrictivo. El primero es pro-usuarios, el segundo es anti-usuarios. Esa es la gran diferencia.
Mientras otros te quitan y te quitan hasta obligarte a que les pagues, Google te da y te da más hasta que quieras pagarle.
Quien quiera seguir publicando las fotos de Instagram en Twitter lo puede hacer utilizando IFTTT. Un página que explica en detalle cómo funciona: http://www.clasesdeperiodismo.com/2012/12/05/una-alternativa-para-introducir-tus-fotos-de-instagram-a-twitter/
Totalmente de acuerdo. Hace unos meses Twitter impidió que lo que twittearas se publicase en Linkedin.
Supone que los que usamos esa red profesional tengamos que andar dos veces el camino.
Creo que la evolución de los servicios tiene que ir por el camino de ofrecer mejoras a los usuarios y no levantar fronteras