Es sin duda uno de los temas candentes en la sociedad de la información: el derecho a la privacidad, sobre todo cuando se introduce en una ecuación en la que en el otro término aparecen cuestiones que van desde la comodidad hasta la seguridad, pasando por todo tipo de cuestiones relacionadas. En nuestro país, sin ir más lejos, parece evidente que el gobierno se encuentra perfectamente dispuesto a pisotear el derecho a la privacidad de todos los españoles dando permiso a una serie de compañías privadas a registrar nuestras comunicaciones con el presunto fin de proteger la propiedad intelectual de unos pocos, a pesar de no haber ningún tipo de comportamiento delictivo implicado en ello.
Un provocativo artículo del New York Times, «You’re Leaving a Digital Trail. What About Privacy?«, cuenta la experiencia de un grupo de unos cien estudiantes del MIT que han aceptado ceder todos los datos de actividad, localización, navegación y otros a cambio de recibir un smartphone gratuito. Siguiendo el hilo de aquel argumento empleado por Google, «la privacidad completa no existe«, en el juicio por unas fotos de Street View que revelaban el interior de una finca en Pennsylvania, el artículo de New York Times avanza una afirmación de Tom Malone, Director del Center for Collective Intelligence del MIT y uno de esos autores míticos que recuerdo de varios papers en la lista de lecturas de mi Major Field Exam, que seguro generará polémica:
«For most of human history, people have lived in small tribes where everything they did was known by everyone they knew. In some sense we’re becoming a global village. Privacy may turn out to have become an anomaly.»
«Durante la mayor parte de la historia humana, las personas han vivido en pequeñas tribus donde todo lo que hacían era sabido por todos sus conocidos. En cierto sentido, nos estamos volviendo una aldea global. La privacidad podría haberse convertido en una anomalía.»
Ambas afirmaciones tienen una parte sólida: en un mundo en el que las personas hacen cada vez más cosas a través de un entorno en el que todo queda recogido en el fichero log de algún servidor, mantener una expectativa de privacidad total resulta cada día más complejo. La idea de que «eso no me importa, porque no tengo nada que ocultar» es una falacia conceptual que identifica el deseo de privacidad con la intención de cometer una acción mala o reprobable, y oculta una verdad de índole muy superior: la privacidad es un derecho. Con tu privacidad puedes hacer lo que buenamente quieras, entregarla en su totalidad a un tercero, negociarla a cambio de ventajas como regalos (un teléfono móvil), productos gratuitos (Gmail y muchos otros), acceso a servicios premium (hacer login para leer un periódico) o comodidades (autorizar una cookie para que recuerde mis preferencias), pero en todo momento debe prevalecer una máxima de primer orden: es MÍ OPCIÓN hacerlo. Un derecho que debo poder administrar, regular, conceder o retirar según mis preferencias absolutas o relativas, en función de las circunstancias que yo escoja en cada momento. No se me puede en modo alguno imponer. Los tres principios básicos; propiedad de mis propios datos, control de los datos recogidos sobre mí, y consulta, destrucción o modificación de éstos; deben ser respetados si se quiere mantener el delicado equilibrio de libertades que debe caracterizar la sociedad de la información.
Cuando gobiernos presuntamente demócratas como el de Francia, Reino Unido o ahora el español pretenden redefinir las libertades de sus ciudadanos en virtud de intereses privados, cometen un error imperdonable, y vulneran preceptos que, en el caso de España, están protegidos por la mismísima Constitución. Y que, además, dicen mucho de quienes pretenden pisotearlos. Una cosa es que mi mujer lea mi correo, que en Twitter o en mi red social se pueda saber dónde estoy, quién soy y qué hago a cada momento, y otra que acepte que mi proveedor de servicios de conectividad monitorice si me bajo uno u otro contenido. Eso, en un estado democrático, no debe ser aceptable bajo ningún concepto.
totalmente de acuerdo con lo que comentas sobre privacidad.
Añado bajo mi punto de vista que la privacidad SI se puede saltar cuando se trata de proteger la seguridad de todos, es decir, SI defiendo que se pueda investigar y acceder a cualquier dato de cualquier persona para protegernos de terrorismo, o de mal tratos, o delitos de sexo en menores, etc.
saludos
Hola,
Vaticino que en base a la privacidad/seguridad Internet dará tal giro (hacia la cerrazón absoluta) que la época de «anarquía» que hemos disfrutado pronto será un recuerdo del pasado.
Por fiscalizar y en base a terrorismo, pedofilia y demás externalidades negativas del anonimato, siendo una de las más importantes fiscalizar para participar del pastel… los Estados van a cerrar Internet. Tendremos que identificarnos físicamente para acceder a la red.
Y esto, no me parece ciencia ficción, sino un futuro cercano.
Conste que personalmente no lo deseo, no me gustaría para nada. Simplemente digo que creo que iremos en esa dirección. Lo harán los Estados directamente, o usarán empresas como google o microsoft para hacerlo.
Lógicamente, google o microsoft tendrán que hacer lo que los Estados ordenen, porque el surgimiento de Internet no significa el fin de la soberanía de los Estados y de sus marcos jurídicos. De hecho, google, si hace falta, ya censura en China o lo que sea (como digo, con el marco jurídico que tenemos es lógico aunque podamos no compartirlo).
Supongo que surgirá otra especie de Internet por fuera, y estaremos como en la ley seca o como con las drogas, traficando red «ilegal» y con drogas legales.
Un saludo
Una viñeta que resume perfectamente lo que dices e3n el post: privacidad vs. seguridad, puede verse aquí:
http://emresaglam.com/blog/images/Image/security_fence.jpg
Lo que yo veo una tontería es tratar de defender algo que en realidad nunca ha existido, y para colmo sentirse amenazado por algo que siempre fue así y nunca hizo daño a nadie.
Es muy sencillo: los actos privados de la gente son realmente muy pocos. ¿Acaso comprar algo es un acto privado? No!! y Nunca lo ha sido porque siempre hubo que estar rodeado de montones de ojos que, si quieren, pueden mirar lo que has comprado. Lo mismo ocurre con la mayoría de las cosas.
Sin embargo, actualmente a pesar de los logs y lo que quieran, realizar acciones por internet es mucho más privado que hacerlo en persona, por el simple hecho de que un log «virtualmente» no existe hasta que unos ojos humanos lo miran. Mientras nadie lea ese log, la información estará perdida en alguna parte. Y como el 99% de los logs jamás será mirado por nadie, en internet nuestra «privacidad» está resguardada hasta el 99%, lo cual es muchísimo más que cuando salimos a la calle a hacer lo mismo.
Que «la privacidad es un derecho»? Pues para mi es un error que lo sea, simplemente porque históricamente nunca existió. Tal como dice el artículo, sólo con la aparición de las grandes ciudades, las personas comenzaron a ser más una estadística que personas reales, y con eso nació el concepto de privacidad (entre tantos, uno no se nota). Ese efecto de «dilusión» de los actos únicos de una persona que se produjo en las grandes ciudades fue en realidad una pérdida de algo que había en los pequeños grupos de personas. Si era o no deseable que fuera así sería discutible. Pero ahora con la mejora en la tecnología, no estamos haciendo otra cosa que recuperar algo que se había perdido: el concepto de no estar solo. Darnos cuenta de que casi cualquier cosa que hagamos afectará a todos nuestros vecinos y por eso, es de su incunvencia.
Prometerle «por ley» privacidad a la gente no es más que otra promesa política que le dice a la gente lo que quiere oír, pero después no es viable cumplir.
Pero tampoco es para «rasgarse las vestiduras». La falta de privacidad nunca ha dañado a nadie. Los únicos que tienen verdaderos motivos para preocuparse son los que tienen cosas que esconder. Los que simplemente quieren su privacidad por puro capricho tienen dos opciones: refuiarse en la paranoia y hacer berrinches o abrir los ojos y ver que viven en una sociedad. La única forma de tener verdadera privacidad es irse a vivir aislados en el campo y no tener relación alguna con ningún ser humano… a no ser que también les moleste que los animales se enteren de sus «cosas privadas».
Interesante debate que, está presente en la actualidad y no sólo en torno a Internet. Por ejemplo, el caso de Telma Ortiz y otros «famosetes», en el que se argumenta que el hecho de que hayan «vendido» su vida en el pasado da derecho a los periodistas a que informen de lo que quieran , sea o no privado. Es necesaria una legsilación clara al respecto, que incluya todos los ámbitos de la vida incluído Internet, porque, como bien dice Enrique en su post, es una elección PUNTUAL que no da derecho a una interpretación GENERAL de la decisión que un individuo toma en un caso concreto.
Opino que te confundes. Tratas de defender un derecho,»la privacidad», sin tener en cuenta el cambio tecnológico. En eso actúas como los que pretenden proteger la «propiedad intelectual» sin tener en cuenta el cambio tecnológico.
El que te da cualquier servicio, no solo acceso a Internet, tiene hoy la posibilidad técnica de controlarte de forma individualizada. El proveedor de Internet, quizá el que más, pero también el de telefonía, el de la televisión de pago, o el de la luz eléctrica o el gas, (no te informa de tu consumo medio),
Otros muchos te controlan de una forma u otra. El vídeo portero, (el canal maruja), permite saber cuando entras y sales de casa y que es lo que haces en el portal, montones de cámaras de vigilancia particulares y oficiales, por no hablar del banco que controla tu tarjeta de crédito, del supermercado que te vende el pedido quincenal.
Reclamar privacidad en este contexto es tan absurdo como defender el limitacion de copia. El contexto tecnológico hace imposible proteger tu privacidad, lo que tendrás que hacer es adaptarte a vivir en esa nueva realidad.
Siempre puedes decidir no usar los medios digitales, o usarlos de forma mas privada. Yo conozco gente que no usa todo lo que tu has dicho, sencillamente porque no se sienten seguros usandolo. Siempre hay alternativas, aunque son generalmente mucho mas incomodas.
La cuestión es que la privacidad es un derecho fundamental consagrado en la constitución y mientras esta no se reforme (Y para eso hace falta un referendúm que sin duda perderían los apropiacionistas) el estado tiene la obligación de defenderlo.
Por tanto, no se puede vulnerar la privacidad en internet y si se hace se esta vulnerando la base del estado de derecho y en ese caso, no tendríamos que respetar ninguna ley. Las leyes sirven como acuerdo, como marco de convivencia si se rompe ese acuerdo, nadie estaría obligado a cumplirlo.
De hecho si aprueban una ley que vulnere la Constitución y corrompen los tribunales, podríamos acusarlos de sedición, perseguirlos y ejecutarlos por traidores con total impunidad.
Así que ojito con lo que hacen porque si rompen las reglas, vale todo.
Y que no me digan que es «por mi bien» que eso ya me lo procuro yo.
Para #1, quien afirmaba que «la privacidad SI se puede saltar cuando se trata de proteger la seguridad de todos»
Ya, y ¿dónde situaríamos el límite? ¿sólo en la privacidad? o, ¿por qué no poder llegar a vulnerar derechos fundamentales como la vida, por el noble y elevado fin de defender la vida de los demás?.
¿Te gustaría vivir en un país donde se puede dar un tiro en la cabeza impunemente para defender la vida de la mayoría?
El derecho a la intimidad es como el derecho a una vivienda digna:
Ni se cumple ni se va a cumplir. Pero mejor dejarlo ahí escrito. Si no estuviera sería muchísimo peor.
Para #6 si en este mundo, en el que la seguridad personal de muchas personas se ve amenzada por las acciones de otras, no existiesen cámaras o mecanismos de control, la delincuencia sería del estilo al de «American Ganster». La privacidad es un derecho fundamental, y el Estado debe preocuparse de regular la «privacidad personal» de los ciudadanos de una forma clara y concreta. Este gobierno, como otros de Europa, últimamente se ocupan de los «pobrecitos» que no ganan dinero con sus creaciones culturales. Limitar esa privacidad poniendo un canon de entrada a internet, o privándonos de estar en determinadas redes y dar contenidos a los diferentes canales de la red es un atentado contra los derechos fundamentales recogidos en nuestra Carta Magna. Para proteger la seguridad de todos, no vale saltarse la de unos pocos: puede constituir un delito, como lo constituye el del pedófilo, el del terrorista o el de cualquier clase de delito o falta.
Efectivamente, como dice #8 las leyes dictaminan y regulan un marco de convivencia. Y no puede una ley, por respetar o salvar los derechos de unos, saltarse o violar los derechos de otros.
Que existan cámaras de seguridad, policías de paisano, cámaras en los aeropuertos, controles de acceso, son resultado de la aplicación de las normas que velan, no sólo por nuestra privacidad sino por nuestra seguridad. Y en esos casos, no se está vulnerando el derecho a la intimidad, simple y llanamente, porque no se está utilizando, dicha información, para traficar con dinero.
Sobre este tema, recomiendo sin duda el libro publicado por Versvs:
http://www.versvs.net/la-sociedad-de-control/
Un saludo.
#11 kikemb, creo que no me has entendido.
Actualmente los medios digitales permiten un fácil control del individuo a partir de datos fragmentarios tomados masivamente por diversos sistemas. Esto hace que la privacidad no pueda ser defendida, no se trata si se debe tener o no privacidad, es que esta no existe.
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Te pongo un ejemplo, un poco antiguo porque ya estoy jubilado. Cuando yo trabajaba en Banesto (época de Mario Conde), había una apelación llamada Red B que reciba información de los créditos que tenia cada persona y de los pagos correspondientes que cada individuo hacia por por este concepto.
Estos créditos no solo eran bancarios, si no financieros, como los créditos al consumo, incluso los riesgos que se corría contigo por asuntos como pólizas de vida, incendio etc. y no solo eran por riesgos financieros del banco, sino por riesgos financieros de una inmensa cantidad de empresas participadas por el banco.
Desconozco si la información se cedía además a otras entidades financieras que tuvieran redes semejantes, pero no me extrañaría nada.que fuera así.
Consecuencia de ello es que una razón para negarte un crédito podían ser atrasos en el pago del seguro del coche, o excesiva asimilación de deudas por distintos conceptos.
No eres consciente que cuando financias un veraneo en una agencia de viajes, o usas tu tarjeta de créditos, esa información pasa a quien te va a financiar la compra de una nevera, pero eso es así.
Esto es lo que digo cuando opino que con la tecnología actual la privacidad no existe y que lo que hay que hacer es adaptarse a vivir en esta realidad. Decir que la privacidad está protegida por la Constitución, es como solicitar ser invisible cuando circulas por las aceras porque la Constitucion protege tu intimidad, un imposible.
La privacidad es un concepto muy anglosajón. En los países mediterráneos no hay privacidad porque hay cotillas que se enteran de todo y lo chismorrean.
Vamos a un entorno mas regulado. Los gobiernos, con la escusa de la seguridad (terrorismo pedofilia, etc…) van a «cerrarnos» internet cuando lo que realmente buscan son las bajas colaterales como el P2P y el anonimato en la red.
La realidad es que estas deplorables practicas continuaran (como lo hacen en el mundo analogico) y por el camino nos habremos acercado un poquito mas al Gran Hermano.
Merece la pena protestar, pero es intentar parar lo inevitable.
Salu2!
«Decir que la privacidad está protegida por la Constitución, es como solicitar ser invisible cuando circulas por las aceras porque la Constitucion protege tu intimidad, un imposible.»
Genial.
La diferencia fundamental es que cuando en los pueblos todo el mundo sabía de qué pie cojeaba el vecino, el vecino no disponía de los medios tecnológicos, económicos y legales para no sólo abusar de ti sino de absolutamente todo bicho viviente y además de forma automatizada con un claro objetivo.
Ese es el problema de la falta de privacidad y por lo qué ahora es un problema cuando antes era poco relevante. Cuando cambia la tecnología cambian las premisas, siempre ha sido así y siempre lo será y es una falacia el pretender justificar una nueva situación con que antes ya era así y no pasaba nada. Antes era antes, ahora es distinto, ¿o volvemos al pueblo con el arado de tiro de bueyes y los pregoneros? ¿o a las orquestas en directo y los repartidores de hielo?
Aparte de que esté totalmente de acuerdo con el contenido del artículo, hasta donde tengo entendido, creo que el derecho al que se refiere es el derecho al secreto de las comunicaciones, protegido por la constitución. El derecho a la privacidad sobre el contenido de los archivos informáticos en un ordenador personal no existe como tal derecho. La privacidad es un derecho de las personas sobre su propia vida, su propia imagen, sus datos personales, etc.; no sobre sus comunicaciones (obviamente, una cosa sin la otra no tiene sentido). Existe por otro lado el derecho a la inviolabilidad del domicilio y, por estar en el domicilio, el ordenador personal es privado (y cuando no está en el domicilio se puede entender, como en el caso de un coche, una extensión del domicilio). Por eso, nuestros archivos en un ordenador de una empresa no pueden ser considerados privados mientras nuestro correo electrónico, incluso el que te facilita la empresa, sí están protegidos (al menos así lo creen muchos jueces y juristas, en contra del criterio de otros).
En este punto, la constitución española de 1978 está desfasada puesto que en la época en que se redactó nadie pensaba en la posibilidad de que un archivo se almacenase en un servidor, se transmitiese o se pudiese copiar con tanta facilidad.
Perdón por este inciso pero creo que es preferible hablar con propiedad para no confundir los términos. En todo caso, no soy jurista (aunque estudié constitucionalismo como parte de mi carrera universitaria) y puedo estar equivocado en mis apreciaciones. Agradezco cualquier corrección, puntualización o crítica sobre el tema.
#9
Esta claro que el limite es dificil ponerlo, pero dime tu donde lo pondrías para haber evitado el 11-S, el 11-M, o cualquiera de los actos terroristas de España de las ultimas decadas, en cuanto a investigacion y seguimiento se refiere. En cuanto a si la vida de la gente que cometio esto es mas o menos importante que la de los demas que murieron, me parece un debate totalmente respetable de cada uno.
Muy buen artículo.
Hay páginas que venden «datos» sobre uno de forma increible, uno los denuncia y nada, el gobierno no existe para algunos temas.
saludos…
Lo dicho. Mirad a que se dedica el dinero del canon digital:
Los detectives de la SGAE, en El País
Estamos en el punto de mira!
«acudimos a los actos contra los autores para grabar a todos los que aparecen y después investigarles. No se trata de conocer su patrimonio, sino saber en que páginas webs entran, sus relaciones personales y capacidad de convocatoria», asegura uno de los detectives contratados por la SGAE en declaraciones recogidas por The Inquirer.
Extraído de El País
Impecable!
Dos pequeños apuntes:
uno, si usamos la vieja palabra «intimidad» (privacidad fue admitida hace relativamente poco) no sé porqué pero parece que afecta a cuestiones más personales, más propias y por lo tanto estoy seguro que tendríamos empeño en defenderla con más fuerza.
Dos, no creo que el enemigo de la privacidad sea la seguridad sino nuestra comodidad que me permite encontrar una agencia de viajes a golpe de click en mi correo gmail mientras hablo con mi amante de escaparme a las Azores.
Finalmente parece extraño que prácticamente el único recurso que me quede para defender mi intimidad sea mentir. Curioso ¿no?